La izquierda se rompe y llena España de partidos regionalistas: ahora, Adelante Andalucía

Uno más. Uno de todos los que ya hay. Adelante Andalucía ha anunciado que su partido concurrirá a las próximas elecciones generales como partido independiente, un mensaje que no ha gustado nada en Unidas Podemos. El mensaje de Teresa Rodríguez, la líder regionalista de esta formación que concurría con el partido morado a los comicios, deja claro que lo que en un inicio montó Pablo Iglesias ha perdido todas las costuras. Primero fue Íñigo Errejón y el grupo de los «purgados» por Iglesias y ahora son los Anticapitalistas andaluces cargados de tintes regionalistas. Esto sin tener en cuenta al BNG, a ERC, la CUP o EH Bildu o todos los partidos de izquierdas que irán por libre a las elecciones generales de 2023.

Unidas Podemos se desangra. Y el nombramiento cargado de imposición de la ministra Ione Belarra como futura secretaria general de Podemos así como el designio casi divino por parte de Pablo Iglesias de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no ha ayudado en nada a mantener unidas las frágiles costuras que conformaban ese «Unidas» que abre el nombre de la formación progresista. Parece que los partidos españoles de otras comunidades autónomas entienden que para conseguir concesiones para su tierra lo mejor es presentarse con siglas propias de la comunidad autónoma y concurrir a las generales con un programa exclusivamente regionalista. Al menos las partes que se unieron a Podemos en su momento. Y ahora que se desangra, habrá una buena cantidad de pequeños partidos que trufen el Parlamento. Ahora cobra sentido la Ley D’Hont.

Rodríguez, en su presentación de este nuevo Adelante Andalucía, ha asegurado que en ningún caso será un partido con aspiraciones exclusivamente andaluzas. En Europa, elecciones a las que también se presentarán, llevarán un programa europeo y en España uno de corte nacional. Que se llame Adelante Andalucía es solo algo de decoro, según ha deslizado la candidata de la formación regionalista. El problema es que, como ella, ya hay una batería de partidos regionalistas de izquierdas que no hacen más trufar el Congreso de los Diputados de varios colores.

Primero fue Íñigo Errejón con Más Madrid, luego la disolución de Las Mareas en beneficio del BNG y ahora toca con Adelante Andalucía. Esto en relación con los partidos que conformaron Unidas Podemos, de los que ya solo queda Izquierda Unida y el propio Podemos. Pero es que en Cataluña parece que ERC y la CUP se han convertido en históricos representantes de la izquierda catalana que tienen representación parlamentaria a nivel nacional; por no hablar de EH Bildu en el País Vasco, el BNG en Galicia o de Teruel Existe en la provincia aragonesa. Toda una amalgama de partidos que tienen exclusivamente reivindicaciones regionalistas que las grandes formaciones parecen no poder satisfacer.

«Yo lo que quiero es tener voz aquí y poder condicionar gobiernos»

«Yo lo que quiero es tener voz aquí y poder condicionar gobiernos porque eso haría que por ejemplo no vayan a cerrar la fábrica de Airbus en Puerto Real (Cádiz) mientras se amplía la de Getafe (Madrid). Eso nunca lo harían ni en Cataluña ni en Euskadi porque condicionan gobiernos porque los ponen y los quitan, porque tienen voz propia en el Congreso de los Diputados, Andalucía también lo necesita”, ha comentado Teresa Rodríguez. En resumen, que quiere llevar la batuta y tener un puñado de parlamentarios que le permitan condicionar los gobiernos Fránkenstein a los que se ve obligado a recurrir la izquierda.

Esto pone en un problema especialmente al PSOE. Si Pedro Sánchez quiere gobernar, tiene que contentar a mil partidos regionalistas. Ya está ocurriendo con ERC, Unidas Podemos y EH Bildu, pero el problema es que ahora, con la desintegración paulatina de la formación morada, las opciones de Sánchez pasan por llegar a acuerdos multilaterales con una buena cantidad de formaciones. A Podemos hay que sumarle Más País, Adelante Andalucía, ERC, EH Bildu, Teruel Existe y quién sabe sin también el BNG. Un caos que no gusta un pelo a los socialistas.

En cualquier caso, el gran perjudicado es Podemos. Quién sabe si en un giro dramático de los acontecimientos la formación morada decide llamar a lo poco de la izquierda que quede con ganas de reunificaciones Izquierda Unida. En cualquier caso, Ione Belarra tiene un arduo trabajo por delante si quiere reunificar estos partidos bajo su ala. No parece que motive demasiado ya que mal empieza cuando adelanta unas primarias lo suficiente como para no tener competencia directa para el cargo que le ha dado en bandeja el exvicepresidente del Gobierno.