Corte de digestión: todo lo que debes saber sobre el gran miedo del verano

Es una de esas frases de madre que todos tenemos grabadas a fuego: «no te metas aún en el agua que no te ha hecho la digestión» o «espera dos horas antes de bañarte». Es uno de esos miedos o precauciones del verano, junto con el cuidado de la piel al sol. Que sean esas las mayores preocupaciones en nuestras vacaciones, pero muchos se preguntan si todo esto es mito o realidad. ¿El corte de digestión existe y es frecuente? ¿De verdad el meterse en el agua después de comer es la principal causa? Vamos a responder a todas estas preguntas para que te vayas a la playa o a la piscina con las cosas claras. Eso sí, si tu madre te obliga al famoso mantra, no le discutas y espera dos horas.

¿Qué es un corte de digestión y cómo se produce?

corte de digestión

Es el nombre común que se le pone a una reacción del cuerpo que estrictamente nada tiene que ver con la literalidad de que se te corte una digestión tras haber comido. Más bien es una parte de los síntomas, en este caso el digestivo y por tanto que más puede destacar, al producirse un choque térmico. «Cuando una persona se introduce en agua fría, muy rápidamente, en especial después de una comida copiosa, puede sufrir un mareo, náuseas o malestar”, aclara Irene Bretón, del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Pero poco tiene que ver con corte alguno, porque no se interrumpen las funciones digestivas ni su buen funcionamiento.

“El nombre correcto es síndrome por inmersión o hidrocución. Cuando el cuerpo entra en contacto con agua fría, se producen unos cambios en la presión arterial y en la frecuencia cardiaca, que dan lugar a síntomas como malestar general, náuseas o debilidad. La disminución de la presión arterial puede producir incluso pérdida de conocimiento o un infarto. Si la persona está en el agua, se puede ahogar”, expone la experta.