El Gobierno ya se ha puesto manos a la obra para perdurar en el poder. Pero para ello, necesita no solo que el bloque de la investidura revalide medidas concretas, sino que apoye sin fisuras unos Presupuestos Generales del Estado que no estén marcados por la pandemia. Las ayudas de la UE y la presunta recuperación ayudarán a que el PSOE plantee un techo de gasto más elevado así como un paquete importante de medidas más sociales. El problema es que fuentes de Ferraz aseguran que estos presupuestos estarán plagados de concesiones a Cataluña y el País Vasco dado el peso de ERC y el PNV en el Congreso. Esta decisión no la comparten ni mucho menos la mayoría de los socialistas (especialmente los barones) y el partido ha abierto una brecha interna sin que se hayan siquiera empezado las negociaciones en bruto. Pero ya se huelen la tostada.
No solo habrá en Cataluña referéndum por un estatut de autonomía (además de los ya concedidos indultos), sino que el Ejecutivo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prepara una serie de concesiones económicas que dejarán a un lado al resto de territorios solo por no tener representación parlamentaria. De los primeros 3.000 millones de euros en ayudas, Cataluña se ha llevado casi el 50% (concretamente, la región dispondrá de 1.487 millones del reparto del REACT-UE). Pero esto es solo una muestra de lo que viene. Los presupuestos se plagarán de concesiones económicas y fuertes inversiones en el territorio catalán porque así lo han anunciado fuentes del PSOE. La pervivencia de Sánchez depende de ello y sin ERC y el PNV no tiene ni Presupuestos ni pervivencia.
El Ejecutivo prevé tener unos Presupuestos Generales del Estado para octubre de 2022. El PSOE ya se ha puesto manos a la obra para sacar adelante el techo de gasto y espera que estos nuevos Presupuestos sean mucho más fáciles de negociar porque los indultos se han concedido, porque la mesa de diálogo se ha restablecido y sobretodo porque hay mucho dinero para negociar. Europa paga y Sánchez dispone con el único objetivo de mantenerse en el poder, pero no sin despertar la ira de algunos barones que ya empiezan a levantar la voz, como es el caso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page.
ERC es el que más beneficio está sacando de todo esto, pero el PNV también quiere rascar su parte, como siempre ha hecho con el partido gobernante. Los vascos esperan que las ayudas europeas recaigan en sus arcas con fuerza a cambio de un sí a los Presupuestos y sobretodo de un sí a dos años más de Sánchez en el Gobierno. En cualquier caso, si los catalanes han rascado 1.487 millones en una ayuda de 3.000 con tan solo 13 diputados en el Parlamento, a ver cuánto es capaz de conseguir el PNV con seis.
Todo esto es una buena noticia para el presidente, pues tiene dinero y socios para negociar su pervivencia durante estos dos años. Pero no tan buena para muchos barones socialistas que están poniendo el grito en el cielo por el trato «preferente» que Sánchez da a los territorios que tienen representación parlamentaria. Mucho dinero para Barcelona y muy poco para Zamora. Este es el resumen de los presupuestos que vendrán cargados de nuevos impuestos con tasas «eco» y con otro tipo de cargas que gravaran todo lo que pase por delante. Desde luego, Cataluña está de enhorabuena. Nunca nadie había sacado tanto con solo 13 palamentarios.
LA REVUELTA DE LOS BARONES
Parece una película de Tarantino o una serie de HBO, pero no. El presidente del Gobierno se ha afincado siendo ajeno a que los territorios socialistas están hartos de las concesiones a Cataluña. Cuando Teruel vio cómo un plan para llevar Wifi a todas las zonas despobladas de España se centraba en todas las provincias catalanas y en ninguna aragonesa, ya se olió la tostada. Veía que el tener solo un parlamentario no decisivo no era suficiente para empujar al Ejecutivo a que hiciera algo de caso a Teruel. El problema es que ya no es solo Teruel. La Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y otras autonomías socialistas ya están mirando con recelo el dineral que el Estado volverá a invertir en Cataluña solo por su capacidad para condicionar los Presupuestos.
Page es uno de los más beligerantes con Sánchez por la cuestión de los indultos y por cómo cede su partido ante las demandas de los separatistas. Pero hay otros, como Guillermo Fernández Vara, que también empiezan a hartarse al ver cómo el presidente se plantea reinvertir miles de millones en Cataluña y Extremadura, comunidad que preside, sigue con un tren que da pena verlo. La revuelta de momento no ha estallado y solo se deja entrever con leves comentarios ante los medios de comunicación en los que dejan claro su malestar.
Fuentes del PSOE aseguran que el gran problema que sufre ahora el partido es que no funcionan como una formación política cohesionada, sino que Moncloa se ha bunkerizado tras la debacle electoral que llevó a la popular Isabel Díaz Ayuso a arrasar en las elecciones de la Comunidad de Madrid. Al funcionar por separado, las fuentes entienden que tanto Sánchez como su jefe de gabinete, Iván Redondo, no son del todo conscientes del malestar que generan en su partido al dar tantas concesiones a Cataluña. Desde luego, los socialistas entienden que es necesario buscar el apoyo de ERC y del PNV, pero no a costa de quitar partidas económica a otras regiones. Zamora no verá mucho dinero, pero Lleida que se prepare. Seguro que la comparación será odiosa. Muy odiosa.