Primero la luz y ¿ahora el agua? El derribo de presas amenaza con disparar su precio

La luz está en máximos históricos. Pero esto es solo el principio. España afronta una nueva reconversión ecológica que amenaza con derribar una buena cantidad de las presas que se construyeron en el país a lo largo del siglo XX. La normativa europea sugiere que hay que tumbar muchas de estas infraestructuras porque alteran el normal cauce de los ríos. Sin embargo, el tumbar las presas repercutiría directamente en el precio del agua. ¿Está España a punto de experimentar una subida revolucionaria de estos precios? El ecologismo europeo secundado por el socialista podría traer nuevos máximos en la factura del agua. Si se echan abajo las presas, el resultado inmediato será que el destino del agua se unirá al de la luz. El Gobierno, aún así, tiene sus reservas sobre cómo proceder en este punto.

El precio del gas por las nubes, el de la luz tocando récords históricos y el de la luz, a expensas de que la UE meta mano a la nueva normativa ecologista. Si seguimos a este ritmo, el IPC llegará a extremos nunca vistos y es posible que el agua alcance máximos históricos. Desde luego, el Ministerio de Transición Ecológica no parece saber cómo abordar dicha transición sin que repercuta de forma notable en el bolsillo de los españoles. El Partido Popular ya ha expresado su temor respecto a este punto. Pero el PSOE de momento no ha movido ficha ni parece que tengan intención de hacerlo a corto plazo, dadas las circunstancias y los dolores de cabeza que el precio de la electricidad le está dando al partido del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

España es el 5º país del mundo con mayor número de presas y el 1º de Europa

España es el 5º país del mundo con mayor número de presas y el 1º de Europa. Estos datos dejan entrever que el precio del agua está muy influenciado por estas infraestructuras que ahora la normativa europea quiere derribar. Los pasos ya se están dando, pero en zonas en las que no necesariamente son puntos cruciales. Sin embargo, el derribo de una presa en Teruel ha puesto de manifiesto lo que puede que pase de forma frecuente durante los próximos años. Hay que tumbar las presas para recuperar el cauce de los ríos y restablecer el ecosistema. Pero el hacerlo tiene consecuencias para el bolsillo de quienes se benefician del agua recogida de dicha presa. ¿Solución? Que el PSOE no considera que sea el momento de seguir en esta línea. 

Los ecologistas, por supuesto, apuestan todos por cumplir la norma europea. Quieren derribar todos los embalses que alteren la normal circulación de los ríos y que hayan repercutido de forma notable en los ecosistemas para respetar el medio ambiente. Sin embargo, los vecinos de las regiones, como en este caso en Aragón, no tienen claro que sea la solución más adecuada. Por mucho que estén de acuerdo con la normativa europea, no toleran que esto repercuta en sus bolsillos. Y ¿qué pasaría si el derribo de embalses se generalizara en todo el país, como exige la UE? El precio del agua subiría, según auguran los expertos, al igual que el de la luz y el Gobierno entraría en una deriva complicada a nivel electoral. Al menos estas son las previsiones del PSOE. 

El coste medio de agua en España es de 1,91 €/m3, dentro de todas las comunidades, Castilla y León es la que ofrece el agua más barata con 1,16 €/m3 y Cataluña es la más cara con 2,68 €/m3. En cualquier caso, la variación de precios entre comunidades es de menos de un euro por metro cúbico, por lo que de momento no han saltado a los titulares noticias sobre el elevado precio del agua. Ni siquiera en la Comunidad de Madrid, donde el agua se gestiona a través del Canal Isabel II, han estallado notorias quejas por el precio del metro cúbico de agua.

A pesar de que ahora no haya una diferencia entre comunidades autónomas notable (de menos de un euro por metro cúbico), lo cierto es que el precio del agua urbana ha subido un 71% durante los últimos diez años, desde los 1,31 euros por metro cúbico que costaba en 2009 hasta los 2,24 euros que cuesta en la actualidad. Con estos datos sobre la mesa y la amenaza latente del derribo de algunas presas y embalses, todo puede desmoronarse y hacer que ese 71 se convierta en mucho más. La excusa de los pantanos de Franco parece que recobrará un nuevo sentido con las políticas ecológicas que pretende llevar a cabo el Gobierno.