Villacís aprovecha la crisis de ‘Mad Beach’ para dejar en evidencia a Almeida

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, no pierde ni una oportunidad para distinguir su gestión y su postura política de la del alcalde de la capital. La dirigente de Ciudadanos ha aprovechado la polémica generada por el festival Mad Beach para clavar un puñal figurado por la espalda al regidor José Luis Martínez Almeida. La vicealcaldesa ha dejado claro a los organizadores de Mad Beach Club, un festival que tiene en pie de guerra a todos los vecinos que rodean el terreno cedido, que si siguen incumpliendo las normas cerrarán el complejo de ocio. Villacís se ha situado del lado de los vecinos y se ha desmarcado de su alcalde, quien intenta que los eventos se celebren con relativa normalidad durante el resto de la concesión, que acaba a mediados de septiembre.

Las palabras de Villacís dejan claro, primero, que Ciudadanos no dará la cara por lo que consideran un error de la administración del PP y, segundo, que ella no está dispuesta a perder la oportunidad de remarcar un fallo a su socio en el Ayuntamiento. El problema, a juicio de los críticos de Almeida, es que no se debería haber dado la concesión para celebrar el Mad Beach Club. La cantidad de gestiones que se debieron de hacer para poder celebrar el evento debieron ser suficientes como para prever que el ruido, los conciertos, los jóvenes y todo lo que hay en este complejo iba a molestar a los vecinos de Casa de Campo. En cualquier caso, el empeño de una de sus concejalas fue suficiente como para aprobar las licencias y ahora el problema le ha estallado al alcalde en su cara.

seguirán sancionando a quien incumpla las normas

La portavoz naranja en el Ayuntamiento de Madrid ha recordado a los organizadores del evento que durará hasta mediados de septiembre que llevan ya dos avisos por infringir los horarios apuntando que seguirán sancionando a quien incumpla las normas. Pero su actitud «agresiva» contra el Mad Beach contrasta con el espíritu «conciliador» de Almeida, quien sigue dando oportunidades a los organizadores para que se rediman y puedan aguantar la concesión hasta la fecha oportuna. Villacís ha amenazado y se ha puesto del lado de los vecinos, algo que ha dejado a Almeida en una situación comprometida. El PP sabe por qué la vicealcaldesa hace esto, pero no deja de ser un problema para los populares.

Los vecinos están hartos del Mad Beach Club. Hablamos de semanas (con meses por delante) de conciertos, jóvenes gritando, bailando, emborrachándose (en algunos casos) y de todo tipo de eventos que tienen un denominador común: el ruido. Entretanto, el Gobierno ha llegado a sancionar a los mismos organizadores a los que dio permiso para montar el complejo de ocio que han montado dejando al Ayuntamiento en una situación algo curiosa. Nadie en el Ayuntamiento de la capital se cree que quien se movió con fuerza para dar las licencias pertinentes al Mad Beach no contara con que los jóvenes que acudirían al evento harían ruido. «Es de cajón».

Que Villacís se posicione sin fisuras con los vecinos pone en un compromiso al Ayuntamiento porque fueron ellos quienes dieron las licencias y porque puede obligar al Consistorio a prohibir la celebración del Mad Beach, al que ellos mismos concedieron los permisos. Este gesto de Villacís no sorprende a nadie en el PP, pues desde la formación afirman que la vicealcaldesa aprovecha la más mínima veta para diferenciar su gestión y su postura de la del alcalde. La norma en Ciudadanos es que hay que evitar a toda costa que el PP les fagocita, tal y como ha ocurrido en la Comunidad de Madrid.

Por su parte, desde el PP tienen bastante claro quién es la responsable de haber concedido todas las licencias. Estas mismas fuentes apuntan a que en realidad Almeida no conocía las posibles repercusiones que podría tener el Mad Beach porque el celebrar este evento no era algo que llegara a su mesa del despacho. Fue una conocida concejala la que se movió para dar los permisos pertinentes al Mad Beach Club y quien ahora mantiene cierta discreción ante el problema en el que ha metido a su alcalde. Se trata de la delegada del Área de Cultura y Turismo, Andrea Levy.

LEVY, SEÑALADA

Fuentes del Partido Popular aseguran que quien se movió para dar los permisos para este complejo de ocio fue la delegada Andrea Levy, pero insisten en que tampoco nadie se esperaba que el problema de Mad Beach se fuera a convertir en la comidilla del verano. Que los vecinos se quejen del ruido en verano por las fiestas eventos que se celebren es una realidad con la que cualquier ayuntamiento español lidia anualmente. Pero que estos mismos vecinos se organicen de tal forma que despierten el interés incluso de la vicealcaldesa para marcarse un tanto a costa de Almeida no es algo que entusiasme a los populares.

Andrea Levy

Levy ha metido en un problema al alcalde que nadie se esperaba. Este es el resumen que deslizan las fuentes de Génova. Moverse para conceder las licencias es su trabajo, pero el prever las consecuencias también lo es. El malestar en el PP nace de que no parece que la delegada se planteara en ningún momento que dar la licencia para un festival en Madrid (uno entre mil) se fuera a convertir en una piedra en el zapato del que era el alcalde más querido del país. Los aplausos en las calles se pueden convertir en abucheos para Almeida según por dónde pasee. Y si no, que se dé un paseo por Casa de Campo, territorio hostil para cualquiera que haga más ruido de la cuenta o que tenga alguna clase de responsabilidad con la celebración del Mad Beach.

Como responsable del Área de Cultura, Levy no parece haber atinado con este proyecto. Hay muchos más concejales y responsables de área implicados, entre los que se encuentra Inmaculada Sanz Otero, delegada del Área de Seguridad y Emergencias. Pero a quien culpan dentro del PP de este fiasco que ahora salpica a su alcalde favorito es a Levy. Sin embargo, quien tiene que dar la cara es el propio regidor, a quien el Mad Beach Club se le ha puesto muy cuesta arriba.