Pablo Casado se aferra al alza en las encuestas ante el estupor del entorno de Ayuso

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ya superaría el resultado obtenido el 10-N por líder socialista, Pedro Sánchez, según algunas encuestas. Estos sondeos son recibidos en Génova entre aplausos por el entorno más cercano del presidente popular, pero no todo son fiestas en las delegaciones territoriales del PP. El entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, considera que este giro de guion se ha dado gracias a la victoria del PP en esta comunidad y cree que su presidenta debería llevarse los aplausos, los galones y, por qué no, la candidatura a las generales en un futuro. Mientras que Casado crece en las encuestas (y se afianza como líder), crece el malestar en la Comunidad de Madrid porque ven cómo su trabajo solo repercute en positivo en un líder que aún no ha hecho nada por ganarse los votos. O por lo menos es lo que dicen las encuestas.

No es nada nuevo. Ayuso se siente la protagonista del momento dulce que vive el PP en las encuestas electorales. Casado no levantaba cabeza en ningún sondeo hasta que Ayuso arrasó en la Comunidad de Madrid. La partícula temporal juega a favor de los argumentos populares de la autonomía. El problema es que desde entonces Ayuso ha visto cómo ella sola ha impulsado a todo el partido a nivel nacional y no se siente recompensada por haberlo hecho. A cada encuesta que sale, Casado crece. Y mientras el líder más cuestionado de la historia del Partido Popular se aferra a ellas para afianzar su candidatura, las críticas a la gestión interna de Casado crecen por segundos. Hay muchos perfiles importantes en la formación conservadora que claman por un líder con más recorrido y capacidad que el actual

La última encuesta de Data10 para OkDiario le da a Casado hasta 133 diputados, frente a los 89 que tiene ahora. No es que el presidente popular haya conseguido robar esos votos a Vox (pues la formación de extrema derecha se mantiene firme); sino que parece que la desaparición de Ciudadanos y el hundimiento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, (que pasaría de 120 escaños a 99) benefician considerablemente las expectativas de Pablo. Pero todo esto no ha sentado especialmente bien en la Comunidad de Madrid, dado que consideran que ese presunto éxito y giro de guion de Casado se debe a la victoria de la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

Teodoro García Egea llegó a un pacto no escrito con la presidenta de la Comunidad de Madrid que aún no ha cumplido

En un primer momento, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, llegó a un pacto no escrito con la presidenta de la comunidad que aún no ha cumplido. La idea de la directiva de Génova era la de «premiar» a Ayuso por su sonada victoria en la Comunidad de Madrid con la presidencia del Partido Popular de Madrid (en contra de las ambiciones personales de la senadora Ana Camíns) y a cambio Ayuso se comprometería a no hacer pública mediante filtraciones su ambición por hacerse con la candidatura del PP a nivel nacional. Casado conseguía que su mayor amenaza le dejara una última oportunidad y Ayuso se hacía con el control de una importante delegación territorial con la que podría «jugar» quitando y poniendo a según qué dirigentes a los que tiene en el punto de mira, como es el caso de Ángel Carromero, uno de los más polémicos asesores del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida u otros perfiles que no son del agrado de la presidenta autonómica, como el ya defenestrado expresidente del PP de Latina José Manuel Berzal.

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José Manuel Berzal. Foto: Twitter.

De momento, Teodoro solo ha «cumplido» su parte del trato mediante una declaración de intenciones vía Twitter en un mensaje en el que dejó claro que la perfecta candidata para hacerse con el control del PP de Madrid era Ayuso. Una pobre recompensa que ahora no tiene por qué cumplirse y que no parece que se hayan dado pasos para esclarecer cuándo se celebrará ese famoso congreso que entregará el PP de Madrid a la líder popular, según apuntan todas las quinielas. Entretanto, Casado sigue beneficiándose de la estela de la presidenta autonómica y sigue engordando su ego con sondeos mientras aumenta la rabia en la Comunidad de Madrid por la inacción de Génova. El PSOE aclaró la fecha de su congreso hace unos meses mientras que el PP sigue alargando el chicle sin intenciones claras.

El malestar en el PP de Ayuso es notable dado que Casado parece haber aparcado su promesa. En cualquier caso, el presidente popular sigue al alza y la política a seguir por el núcleo duro de Génova es aferrarse a las encuestas mientras que su presidente no cometa errores con sus declaraciones. Pocas apariciones públicas, poco arriesgar y mantener el resultado al más puro estilo Simeone.

LA PURGA DEL PP DE MADRID

Mientras que Casado guarda silencio ante qué hará (y cuándo) en el Partido Popular de Madrid, el miedo supura por cada rincón de la formación en este territorio. La llegada de Ayuso es prácticamente inevitable; O al menos es la sensación que hay dentro del partido. Y si llega al poder, hay muchos dirigentes (especialmente del gabinete de José Luis Martínez Almeida) que corren cierto peligro. El ejemplo de Carromero es el más ilustrativo dado que no está bien visto entre los dirigentes de la Comunidad de Madrid, pero hay otros nombres con menos recorrido que también podrían ser apartados si llega Ayuso al frente del partido en la capital.

La idea que tiene Ayuso con el PP de Madrid es dejarlo a imagen y semejanza suya. En cualquier caso, para eso, primero tiene que ganar un congreso fantasma que aún no tiene ni fecha concreta. Hay muchos que temen la llegada de Ayuso y otros (los suyos) que no se conforman con esto. Mientras que el núcleo de Génova se resiste a conceder pronto el PP de la capital a Ayuso por miedo a las consecuencias, los asesores de la presidenta de la Comunidad de Madrid susurran al oído a la presidenta cada vez que pueden que ella es la próxima presidenta del Gobierno de España. Cuanto más tarde Casado en darle el PP de Madrid a su baronesa, menos conseguirá el efecto deseado para calmar la ambición de Ayuso y, sobretodo, la de su entorno.