Ada Colau niega cualquier salto a la política nacional, pero todo apunta a un sonoro batacazo de Podemos y sus confluencias en las elecciones municipales tras los sucesivos debacles en los recientes comicios, a excepción de Cataluña. Por este motivo se han disparado las alarmas en Unidas Podemos.
No obstante, en los pasillos del Ayuntamiento de Barcelona no se habla de otra cosa. La marcha de Ada Colau se da por hecha, la única incógnita es su destino. Un salto a la política nacional es la principal opción, por más que la alcaldesa de la Ciudad Condal lo niegue públicamente. «No estoy pensando en irme a ningún otro sitio», ha afirmado en una entrevista a Catalunya Ràdio. «No tengo ningún problema en desmentirlo», apostilló.
Pese a no tener cargo orgánico en la formación, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sí ha abierto la puerta para que Colau pueda estar en su lista electoral. Un ofrecimiento que ha rechazado públicamente la alcaldesa de Barcelona. La decisión, además, se tomará en el seno del partido, donde reina la desconfianza hacia la alcaldesa por su pretensión de haber querido arrebatar el liderazgo a Pablo Iglesias.
INCLUSO CON LA AYUDA DE YOLANDA DÍAZ, COLAU TENDRÁ COMPLICADO DAR EL SALTO
Pero este tipo de declaraciones en política son efímeras, tienen fecha de caducidad. Hoy Colau asegura que se quedará en Barcelona, pero todo apunta a que hará las maletas en los próximos meses, antes de las elecciones municipales con el fin de dar tiempo a escoger un sucesor, entre el polémico Eloi Badia y el exsocialista Jordi Martí, y que uno de ellos pueda darse a conocer a la ciudadanía.
Las relaciones son muy tensas con Colau
Ada Colau ha generado desconfianza en el seno de Podemos, según apuntan fuentes de la formación consultadas por MONCLOA.com. Su intención de destronar a Pablo Iglesias en no pocas ocasiones es una muestra de ello, pero nunca se atrevió a dar el salto debido al rechazo que ha generado en el seno del partido. «Las relaciones son muy tensas con Colau», han afirmado las fuentes. De hecho, apenas se hablan con ella. Al menos hasta ahora. Con Yolanda Díaz hay una relación cordial. La ministra de Trabajo fue la espectadora de lujo de un baile de Colau en pleno paseo por el Besós durante su visita a la capital catalana.
Mientras Díaz trata de aunar a todas las corrientes de la izquierda en España, Colau se ha erigido como la líder transversal. Sin embargo, la vicepresidenta segunda del Gobierno cuenta aún con el apoyo de los fundadores, especialmente de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, con quien se le ha visto este verano en una terraza gallega. Por Barcelona, sólo de visita oficial.
CATALUÑA NO PINTA EN EL NÚCLEO DURO DE UNIDAS PODEMOS
Con los apoyos de la ministra, Ada Colau tiene complicado dar el salto a la política nacional si su intención es abrir la guerra por el liderazgo. No obstante, podría exigir, como hacen los socialistas de Salvador Illa, una cuota catalana dentro de la formación y las listas electorales. Sin embargo, esta opción ha diluido aún más estas aspiraciones de Colau. El ejemplo es claro. Ningún político de En Comú Podem marca la agenda.
De hecho, su papel se ha fundamentado en conseguir un puesto, el mejor posible, como ha hecho Gerardo Pisarello, con un perfil bajo, sin meterse en polémicas y alejado del día a día. Esa función la desempeñan los pesos pesados, y en el núcleo duro de Díaz, Cataluña no cuenta.
Díaz está inmersa en su candidatura de Unidas Podemos para las próximas generales. El Gobierno de Pedro Sánchez tiene la intención de aguantar toda la legislatura, hasta 2023, pero tras un agosto negro y tan sólo un mes después de la remodelación podría acelerarse el adelanto electoral.
En el caso de que Ada Colau dejara la alcaldía, su destino podría ser el Congreso, con una candidatura por Barcelona. No obstante, sería visto como una traición a sus propios votantes, como hizo Inés Arrimadas en su espantada hacia Madrid. Colau se saltaría el paso previo de liderar primero a Podemos en Cataluña, cargo que ostenta Jessica Albiach, y con quien tiene muy buena relación.
ADA COLAU RECHAZA EL LIDERAZGO EN CATALUÑA
Díaz, por su parte, refuerza su liderazgo desde que Pablo Iglesias la impusiera al frente del partido, por encima de Irene Montero. La ministra de Trabajo, conocida por su actitud dialogante y alcanzar acuerdos en posiciones muy distantes, ha conseguido mantener una cierta unidad en el seno de la formación, que por ahora evita airear sus disputas internas. Todo ello, tras apoyarse en Madrid, Galicia y País Vasco, el núcleo duro que rige ahora en Podemos y que Colau trataría de recuperar para la amalgama de partidos que conforman los ‘comuns’ en Cataluña.
El mejor aliado de Díaz es su equidistancia con las distintas corrientes políticas de Podemos. No es miembro del partido y proviene del Partido Comunista y de Izquierda Unida, minoritarios en este momento. Sin embargo, su escudera, Ione Belarra, íntima de Montero, sí ha obtenido el beneplácito de Iglesias.
Colau ha cosechado victorias electorales importantes. En 2019 retuvo por segunda vez la Alcaldía y Podemos en Cataluña, aunque con menos votos, ha mantenido el tipo en las pasadas elecciones del 14-F. En Galicia, por ejemplo, la formación ha desaparecido, mientras que en Madrid, el efecto Pablo Iglesias les ha salvado de la quema.
Además, Colau cuenta con un aliado en el gabinete de Díaz. Josep Vendrell, dirigente de En Comú Podem, fue diputado con ICV en el Congreso y designado como nuevo jefe de gabinete de la ministra.