Abascal quiere dar galones a Ortega Smith a la par que aparca el tirón de Olona

Si hay algo que comparten el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de Vox, Santiago Abascal, es su odio africano por todo aquel que les haga sombra. Sánchez lo ha exhibido desde el primer momento en el que tocó moqueta. Y Abascal lo hace dentro de su partido, aunque con algo más de discreción. El presidente de Vox lleva meses cogiéndole la matrícula a Macarena Olona, uno de los activos más valiosos de la formación a nivel electoral. Olona ha crecido tanto que Abascal ha tomado medidas a dos años de las elecciones. Por esto, el presidente de la formación de extrema derecha ha tomado la decisión de acabar con el ascenso de Olona potenciando una figura «leal» que consideran desaprovechada: la del diputado Javier Ortega Smith, uno de los «aristogatos» originales, como les denominan los críticos de su propio partido.

Ortega Smith ya está haciendo de las suyas. Su estilo es inconfundible. De disparar con un fusil de asalto a tirarse al mar en Gibraltar para recoger un bloque inglés que ahora custodian en Vox como si de oro molido se tratara. Ahora, el dirigente que había estado completamente desaparecido ha vuelto a la primera línea de la política. Vox ha decidido a nivel interno darle más protagonismo a Ortega Smith para potenciar su figura política y sopesar la idea de concederle una candidatura interesante (probablemente autonómica para 2023) al mismo tiempo que se entierra poco a poco a nivel mediático a la única dirigente que amenazaba con eclipsar a Abascal: Macarena Olona, la inesperada referente de Vox que ha puesto en una encrucijada a Abascal.

Ortega Smith ha ido a Zamora a decir que la razón por la que se está despoblando esta región es por falta de caza y por falta de atención a los agricultores y ganaderos. Su visita ha sido más propia de una película de Berlanga, pero desde Vox muestran su satisfacción con la campaña que ha arrancado Ortega Smith por España. La idea es visitar todas las regiones que pueda a la par que concede entrevistas en las principales televisiones del país. En todas ellas ha opinado absolutamente de todo y no ha eludido ningún tema. Se ha convertido en el «único» político de Vox visible a la par que Olona ha desaparecido.

«No se ha apostado por un plan energético nacional»

«No se ha apostado por un plan energético nacional. Se han vendido nuestras industrias de energía a potencias extranjeras que tienen otros intereses», ha comentado Ortega Smith con tan solo un día de diferencia de su visita a Zamora y de su apología por la caza como solución a la despoblación. «Nosotros hemos preferido hasta ahora mantenernos en la oposición. Pero nosotros nunca hemos dicho que descartemos estar en el Gobierno», ha comentado para completar sus declaraciones 360.

El polémico dirigente de Vox tan solo ha salido en los medios de comunicación con fuerza no por sus declaraciones, sino por sus esperpénticas apariciones. ¿Quién no le recuerda disparando un fusil de asalto? O mejor, ¿quién no le recuerda echándose al mar en Gibraltar para reclamar su españolidad recogiendo un bloque en el mar? Y ya puestos, ¿quién no le recuerda desplegando una bandera de España de tamaño considerable en un puente de Zamora? Como si los zamoranos no se sintieran españoles. Sea como sea, Vox quiere recuperar esa estridencia en sus redes sociales y ya ha pedido a toda su maquinaria mediática que se ponga al servicio del polémico diputado.

La idea que sopesan en Vox es la de dar más protagonismo a los «aristogatos». El partido ha enterrado a figuras válidas como la de Macarena Olona o sobretodo la de Mireia Borrás en beneficio de otros dirigentes como Ortega Smith o Iván Espinosa de los Monteros. Olona al menos ha conseguido tanta relevancia que el partido no se puede permitir el lujo de enterrarla. Sin embargo, Mireia es talento desaprovechado, al menos de momento. Volviendo a esos recuerdos, ¿quién no recuerda cuando Vox la mandó a Guadalajara a presidir un acto que se celebraría a la par que otro en Madrid que protagonizaría Abascal? Entonces Mireia Borrás estaba en auge y Vox cortó su ascenso.

El partido no quiere que nadie eclipse a Abascal. Pero tampoco quiere que nadie que no mantiene una militancia obsesiva y una sumisión al líder importante crezca a nivel político. Ellos no quieren conjuras. Y menos en estos momentos en los que creen que podrán tocar moqueta al gobernar en coalición con el PP, si las encuestas electorales se hacen realidad. Olona es víctima de esta «dictadura» del núcleo duro. Mireia ya lo fue. Y Ortega Smith está en un momento dulce de su carrera. Al menos Vox quiere que dé la cara.