Arrimadas hunde (más) Ciudadanos y lo convierte en el Más Madrid del Congreso

Dos diputados. Las encuestas son crueles con un Ciudadanos desaparecido que ni se le ve ni se le espera. Y mientras tanto, Inés Arrimadas no ha sido capaz de dar un golpe sobre la mesa para dar un giro de guion y conseguir que su partido retenga la imparable caída. Las expectativas internas son tan pobres que la mayoría de los dirigentes del partido abandonarán el barco tan pronto como se sepa el resultado de las generales. El problema es que antes están las autonómicas y las municipales y Arrimadas espera ser capaz de mantener viva la llama de la esperanza en autonomías como Andalucía o la Comunidad de Madrid. Sea como sea, las encuestas realizadas en octubre no dan más de dos escaños a Ciudadanos en el Congreso. Unos resultados que comparte con Más Madrid.

La esperanza de la candidata de Ciudadanos a las generales es que su partido retenga o incluso dé la sorpresa en las autonómicas y municipales. Lo que pase en Madrid, en la Comunidad, en Andalucía u otras regiones podría dar esperanzas a una Arrimadas sin ideas, hundida y cuestionada por todos sus dirigentes y candidatos. El otro problema añadido para el partido es que no se han convocado primarias en otras regiones a menos de dos años de que se celebren las elecciones. Arrimadas no solo aspira a dos escaños en el Congreso de los Diputados, sino que tampoco sabe quién se presentará en qué regiones porque no se ha molestado en convocar primarias. A lo mejor por falta de candidatos, ¿quién sabe?

Ciudadanos se hunde. Y todas las encuestas menos una lo auguran. El CIS de José Félix Tezanos, alguien que está imputado por malversación por sus polémicos sondeos, es el único que se anima, dentro de ese clímax electoral que le espera al PSOE, a darle a Inés Arrimadas una mejora en sus resultados electorales. Si ahora, que tiene diez parlamentarios, cuenta con el 6,8% de lo votos, en unas hipotéticas elecciones obtendría el 8,8%. Sin embargo, este espejismo de Tezanos contrasta con el resto de encuestas electorales, que auguran que el batacazo electoral de Arrimadas será notable y le equiparará a Más Madrid.

No hay partido y sobretodo no hay proyecto. Esa es la sensación de algunos integrantes de Ciudadanos. Tampoco hay caras visibles que puedan ayudar a empujar al partido. Y el problema es que Arrimadas no está siendo capaz de conseguir que el partido tenga presencia en los medios de comunicación.

Quienes aún permanecen en Ciudadanos y no han huido al Partido Popular al más puro estilo Toni Cantó, temen que el partido vaya a caer en desgracia. Arrimadas confía en las autonómicas y en las municipales para dar un giro de guion, pero no parece que tampoco el votante liberal de centro derecha esté con ella. Si a esto le añadimos que la presidenta sigue la estrategia opuesta a la de Albert Rivera, quien consiguió en abril de 2019 hasta 57 diputados, el postre servido no es del agrado de la mayoría de quienes integran el partido. Ciudadanos está hundido y Arrimadas no parece hacer nada para remediarlo. Esta es una afirmación que comparten casi todos los que pertenecen al partido y no se atreven a levantar la voz; porque si lo hicieran, sería para abandonar las siglas.

Arrimadas se ha pegado al PSOE y quiere pactar con ellos con la idea de «tocar moqueta» en caso de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, gane terreno en las elecciones y necesite su apoyo. La idea de la presidenta del partido es la de condicionar al ejecutivo tal y como hace Esquerra Republicana de Catalunya y conseguir así concesiones que se puedan vender a nivel electoral. Pero esta estrategia no las tiene todas consigo para ganar. Especialmente porque no son del todo conscientes de cuál es el perfil de sus votantes y qué opina de esa maniobra.

LA TRAICIÓN DE ARRIMADAS

«O el Congreso o dimito». Este fue el ultimátum de Inés Arrimadas a Albert Rivera en 2019 y que provocó una escisión interna que ha acabado, o al menos está a punto de acabar, con Ciudadanos. La entonces líder de la oposición en el Parlament buscaba un nuevo sitio para llevar su proyecto al Congreso. Rivera designó a Lorena Roldán para ser la voz en el Parlament, pero Carlos Carrizosa se antepuso a esta pretensión y mantuvo el liderazgo de los ‘naranjas’ en la Cámara catalana.

La salida de Arrimadas y de un buen número de importantes diputados de Ciudadanos, como José María Espejo y Fran Hervías, desembocó en la desesperación de sus propios votantes. No se entendía el por qué Arrimadas salió a Madrid tras haber ganado las elecciones. Su cobardía provocó el rechazo de quienes se habían partido la cara -algunos literalmente- por el partido ante el acoso y derribo de los independentistas.

El motivo de su salida a Madrid fue principalmente el hartazgo de los ataques e insultos que recibía en las calles de Cataluña, según apuntan las mismas fuentes. Sin embargo, esa misma violencia verbal y física la continúan recibiendo concejales y diputados del partido que siguen padeciendo las iras de los violentos. Los continuos ataques y pintadas en sedes de Ciudadanos, coches particulares y comercios de familiares forman parte del día a día de este partido. El ejemplo de Arrimadas es marcharse, pero muchos concejales y simpatizantes no pueden ni quieren moverse de su tierra.

La cobardía de Arrimadas, que prefirió la tranquila Madrid con su marido Xavier Cima, fue vista como una «traición» y el «menosprecio» de una líder hacia sus propios votantes. Como si fuera un «ahí os quedáis». Las bases internas de Ciudadanos no olvidan esta maniobra y tampoco perdonan que no se hayan adoptado medidas de calado tras las debacles electorales, especialmente en Madrid.