Casado busca diluir el PP de Cataluña en una marca blanca junto a partidos soberanistas

Pablo Casado se ha dejado convencer por el empresariado y políticos soberanistas catalanes. Sin rumbo y con un mal resultado en Cataluña, el Partido Popular de Cataluña languidece. La solución propuesta a Casado pasa por forjar una alianza con la nueva coalición de partidos soberanistas liderada por el PDeCat de Àngels Chacón.

El perfil del PPC es muy bajo en Cataluña, pese a los minutos de oro que dedica su líder, Alejandro Fernández, en la tribuna del Parlament. Discursos que pasan completamente inadvertidos en Génova, inmerso ahora en su guerra interna para acallar a Isabel Díaz Ayuso y sus correligionarios.

Empresarios y políticos convencieron a Casado para convertir al PPC en una formación pseudonacionalista

Para tratar de solucionar el bajo rendimiento de los ‘populares’ en Cataluña, Casado ha aceptado buscar una enjuague con la fusión de Lliures, Lliga Democràtica, Partit Nacionalista Català, Democràts y el PDeCat. «Alguien le ha vendido a Casado que está será la marca del PP en Cataluña», según han asegurado fuentes de Génova a MONCLOA.

«El nuevo rumbo del PPC es aspirar a ser una formación pseudonacionalista, para tratar de ganar terreno en la derecha catalana», continúan. Según las fuentes, Casado muestra así un «profundo desconocimiento de la política catalana«.

A CASADO LE CONVENCIERON EN EL CIVET DE LUIS CONDE

Todo se orquestó hace poco más de un mes en el civet de Luis Conde. Casado fue uno de los 600 invitados a aquel convite celebrado en Fonteta. Junto a Casado se reunieron Félix Bolaños y José Manuel Albares, ministros del Gobierno. También asistió Inés Arrimadas, líder de Cs, y el del PSC, Salvador Illa, junto al peneuvista Andoni Ortuzar.

Alguien le ha vendido a Casado que está será la marca del PP en Cataluña

Casado se dejó aconsejar en ese ágape, sin responder al relato formado de antemano. Allí se encontró con Àngels Chacón (PDeCat), Marta Pascal (PNC) y rostros de la antigua CiU, como Artur Mas. También asistió alguno de los indultados por el PSOE, como Jordi Sánchez. El líder del PP mantuvo el tipo en todo momento, pese a cenar con uno de los golpistas. El motivo es qué pintaba allí el líder de la oposición.

Casado

«Fue allí donde se apuntaló este proyecto para Cataluña», apostillan las mismas fuentes. «Tratar de convertir al PPC en una formación pseudonacionalista», han apostillado. No es la primera vez que el PPC coquetea con la idea de atraer a la derecha catalana, la votante de la CiU de Jordi Pujol y Artur Mas, antes de su abrazo con la CUP.

CASADO TRATA DE FORJAR ALIANZAS DE CARA A LAS GENERALES CON SOBERANISTAS

«Se intentó con Josep Piqué y se forjó con Alicia Sánchez-Camacho, que alcanzó acuerdos con CiU en 2012 tras obtener los mejores resultados de los ‘populares’ en años», recuerdan las fuentes.

Otras fuentes muy cercanas al PPC apuntan a la misma dirección, si bien matizan que «Casado no tiene intención de eliminar la marca en Cataluña a corto plazo«. En este sentido, consideran que no cabe otra posibilidad que abrir nuevas soluciones para poder forjar alianzas con estos partidos soberanistas.

«Al menos de momento, no hay posibilidad alguna de poder hacer esta unión«, han indicado las fuentes catalanas. Sin embargo, añaden: «La política hace extraños compañeros de cama«. Eso sí, han destacado que tras la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre la inmersión lingüística en Cataluña y las declaraciones posteriores de Casado, pidiendo un 155 en el ámbito educativo, han podido sentar como un jarro de agua fría en el seno de esta fusión soberanista.

Y es que, todos esos partidos catalanes que trabajan para formar una gran coalición de centro derecha apuestan claramente por la inmersión lingüística.

BUENA SINTONÍA CON EL PNV CATALÁN

Las fuentes catalanas apuntan que «esta futura alianza» sería similar a la que llegó José María Aznar con el PNV para gobernar en el 96. «El PNV se está alejando del PSOE y el PP deberá pactar con las sensibilidades singulares de Cataluña y el País Vasco para poder gobernar». Si surgiera esta alianza, el PP no tendría que depender de los socios preferentes del PSC y del PSOE en Cataluña en caso de necesitar apoyos para una hipotética investidura.

La peligrosa deriva que busca imponer Génova en Cataluña es una posible nueva fuente de votos para alimentar a Vox. «Los conservadores continuarán su crecimiento en el Parlament para capitalizar la oposición constitucionalista«, han advertido desde Génova. Por el momento, los de Ignacio Garriga, con sus once diputados, ostentan el liderazgo constitucionalista.

Casado ha dado su bendición a la fusión entre estas formaciones soberanistas, cuyo programa y objetivos serían muy similares a los del PNV en el País Vasco. Si finalmente esa fusión se llevara a cabo, el PP tendría alianza directa de cara a posibles pactos de Gobierno. No obstante, podría necesitar también a Vox para conseguirlo. ¿Aceptarían con estas condiciones los de Abascal? Esa pelota, en caso de producirse, estaría en el tejado de Vox, y por lo que se ha visto no le tiembla el pulso a la hora de votar «no» al PP, como ha ocurrido en Andalucía.

MANOS EN LA CABEZA EN GÉNOVA

En Génova, según ha podido conocer este medio, algunos se han llevado «las manos a la cabeza». Pero Casado se ha empeñado en este objetivo. Quizá así se entiendan los últimos cambios impuestos en la formación, como mantener a Josep Bou que ha destrozado por completo la buena sintonía que había en la formación, o como se ha avalado el fichaje de Eva Parera, rival directo del PP para las elecciones municipales de 2023.

Son movimientos extraños, impropios de un partido que llegó a ostentar 19 diputados en el Parlament, que ahora sería cuarta fuerza. Sin embargo, los cambios y giros han provocado el rechazo de sus votantes, que se han dirigido hacia Vox.

Las órdenes y exigencias de Génova han hecho mucha mella en los ‘populares’ catalanes. Tanto, que hasta su líder tiene que defenderse de las continuas puñaladas de Teodoro García Egea, la sempiterna mano derecha de Casado que trata de torpedear a los suyos a cualquier precio. De hecho, el fichaje de Parera está perfectamente diseñado para tumbar el barco ‘popular’ en la región. Sin la marca del PP en Cataluña, el centro derecha se disputaría entre los de Parera, conocida conservadora, y los de Chacón, soberanistas similares al PNV. «Esperamos que se pueda pactar con ellos para poder gobernar», han asegurado fuentes de Génova.

ÁLVAREZ DE TOLEDO, UNA PIEDRA EN EL ZAPATO DE CASADO

Esta estrategia tiene otro punto importante. Cayetana Álvarez de Toledo fue designada como cabeza de lista por Barcelona. Gracias a su discurso, el PPC obtuvo una victoria pírrica y entró con dos diputados en la Cámara Baja. Pero Teo y Casado pretenden prescindir completamente de ella, con una degradación en sus funciones incluida. De hecho, ni está ni se la espera en las próximas listas para las generales.

Casado ha comprado una moto, sin probarla, para volver a recuperar el apoyo de un partido catalán. Está «convencido» de que podrá ganar cualquier carrera con la alianza del PDeCat. Y es que, sin CiU en el tablero ya no es posible la «geometría variable» que pactaba Alicia Sánchez-Camacho en 2012. La ahora senadora hace buenas migas aún con los soberanistas, siguiendo el ejemplo de Josep Piqué.

Las fuentes de Génova apuntan a la cita de este verano con el empresario Luis Conde como el inicio de este nuevo giro en las filas ‘populares’. Casado es un experto en oír, escuchar y hacer caso al empresariado catalán. Cabe recordar que hace muy bien el papel de víctima. En plena campaña electoral de Cataluña, Casado tuvo un encuentro en la casa de la familia Godó, justo antes de la bochornosa entrevista en RAC1, no por las preguntas sino por las respuestas.

LA COMIDA DE GODÓ Y SU NEFASTA INTERVENCIÓN EN RAC1

Y es que, Casado vuelve a tropezar en la piedra de los empresarios soberanistas, como ocurrió un día antes de su fatídica entrevista en RAC1 en plena campaña electoral en Cataluña.

En aquel almuerzo, Godó le pidió que moderase su mensaje, templar el discurso. En plena campaña polarizada entre los independentistas y los constitucionalistas, con un PSC de mero espectador.

Al día siguiente de ese encuentro en la casa de Godó, Casado cogió el guante, aceptó los consejos y se desvinculó de la acción policial del 1-O, pese a que su partido, en el Gobierno de Mariano Rajoy, había aprobado el envío de miles de policías que se jugaron la vida en las calles de Barcelona y en numerosos puntos de Cataluña. Durmiendo en un barco con el dibujo de un Piolín, en condiciones nefastas para prestar servicio por mandato judicial y expulsados de hoteles.

En aquel día, Casado ostentaba el cargo de portavoz del PP. Estas declaraciones fueron recibidas con un desprecio tremendo entre los votantes, y según los sondeos, el PP perdió en esos minutos 100.000 votos a tan sólo cinco días del pasado 14-F. Por este motivo, entre otros, Vox se ha disparado en Cataluña. Además, poco después, Casado culpabilizó de la caída del PPC a la corrupción de Luis Bárcenas y a la trama Gürtel. ¿Por qué entonces Ayuso hizo añicos a la oposición en las elecciones de Madrid tan sólo unas semanas después?