El PNV se reafirma en el autonomismo para enfado de EH Bildu, que mantiene la carta independentista

El encallamiento en 2019 del proyecto nacionalista Gure Eusku Dago, que promovía manifestaciones y consultas populares en Euskadi y Navarra en similitud al procés, ha afianzado la vía autonomista del PNV.

Los jeltzales apuestan por agudizar la transferencia de competencias antes de reformar el Estatuto del País Vasco mientras que Euskal Herria Bildu continúa con su confianza en la independencia mientras sueñan con Ajuria Enea para conquistar la lehendakaritza.

Arnaldo Otegi quiere compatibilizar la vía independentista con un acercamiento hacia los socialistas vascos, que parecen más proclives al pacto con el nuevo liderazgo de Eneko Andueza. El secretario general del PSE ha bendecido los pactos de su formación con los abertzales en Eibar o Irún.

Eso sí, Andueza asegura que estos son «pactos muy concretos, en lugares concretos y en torno a proyectos concretos», y que «el tiempo nos dará las claves de si estamos preparados o no para cosas grandes».

«En las próximas elecciones se verá qué fuerza dan los ciudadanos a cada uno y, a partir de ahí, veremos para qué queremos gobernar. Si hay posibilidades de firmar un pacto con otros, lo exploraremos, pero antes hay que ver para qué y no con quién. Nosotros siempre buscaremos la estabilidad, porque para el PSE es fundamental«, añade.

Andueza, consciente del enfado que provoca este acercamiento, asegura que «si al PNV no le gustan algunas cosas que digo, a mí tampoco algunas de las que dicen ellos, y eso en el juego político y en democracia es normal. Yo no soy nacionalista, no soy miembro del PNV, y ellos no son socialistas ni miembros del PSE. Habrá desacuerdos y enfoques diferentes, y lo más conveniente suele ser que cada uno sea honesto con lo suyo y diga lo que piensa».

MÚSCULO INDEPENDENTISTA

Euskal Herria Bildu vira hacia la socialdemocracia de puertas para afuera mientras intenta retener a su electorado más clásico con su trabajo hacia el acercamiento al norte de los presos de ETA o con performances como la que protagonizó hace unos días en Bilbao bajo el lema Lortu Arte (Hasta conseguirlo, en referencia a la independencia).

Decenas de miles de simpatizantes de la coalición homenajearon a dos víctimas de la guerra sucia estatal, Santi Brouard y Josu Muguruza; y contaron con el apoyo del BNG, ERC, CUP, Més per Mallorca y Andecha Astur.

También es evidente la simpatía que recibe EH Bildu desde Unidas Podemos, que ha disparado la influencia abertzale en Madrid para enfado del PNV, que ha pasado de ser clave para la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa a ser casi prescindible en el nuevo escenario.

Este hecho enfada a los jeltzales, que sin embargo no pueden tensar demasiado la cuerda hacia los socialistas porque estos renunciaron a desalojarlos del Gobierno Vasco junto a EH Bildu y Unidas Podemos, que demandaban un cambio en Euskadi.

ES LA GUERRA

Arnaldo Otegi aseguró sobre Euskadi y Navarra que «este pueblo ha sabido hacer frente a una estrategia que buscaba su desaparición», pero recordó que «los países y los pueblos no pueden tener como visión estratégica solo resistir. El estado natural de los pueblos no es la resistencia, sino la libertad».

El mismo dirigente combina el rupturismo dialéctico con el padrinazgo del texto del II Congreso de EH Bildu que decía que había que vaciar la «política de alianzas de esencialismos, entenderla en función de nuestros objetivos y no según criterios morales. Una política de alianzas adecuada es la que nos acerca a nuestros objetivos, no la que nos mantiene en una zona de confort o en posiciones de pureza».

Esta nueva estrategia parece soliviantar al líder del PNV, Andoni Ortuzar, que acusa a EH Bildu de negarse a pactar con ellos y de tener «una ‘peneuvitis’ degenerativa». El presidente del EBB afirma que las prioridades de su partido son «salir de la pandemia de la mejor manera posible; segundo, salir de la crisis económica que nos ha traído la pandemia y para eso es muy importante la gestión de los fondos europeos; y, tercero, terminar de desarrollar de una vez el Estatuto de Gernika y las transferencias pendientes para que, finalizado ese proceso, podamos pensar en un nuevo marco de autogobierno para lo que resta de siglo XXI».

Ortuzar recordó tener «la palabra del Gobierno español de que el calendario de transferencias va a cumplirse. Espero que antes del verano tengamos ya un paquete importante de transferencias. Quiero ser optimista y pensar que vamos a ser capaces de abrir un paréntesis en las relaciones con Madrid, un paréntesis que nos libre de ese ruido, y podamos sacar adelante esas tres cuestiones, que son muy importantes para Euskadi«.

Clave en este empeoramiento de relaciones entre ambas formaciones es Pablo Iglesias, que apuesta por acercar a Unidas Podemos con EH Bildu al afirmar en un reciente artículo que «las izquierdas diferentes al PSOE en todo el Estado deben aumentar su colaboración y compartir espacios de reflexión estratégica. Creo que deben asumir que la alianza de gobierno con el PSOE es, en esta coyuntura, necesaria para proteger la democracia e implementar la justicia social mediante políticas públicas».