El hombre acusado de abusar sexualmente varias veces de una menor de trece años aprovechando las visitas a su casa y acompañada de su madre ha negado este martes los hechos en el juicio contra él, en el que ha asegurado que la mujer «siempre» estaba presente y, por tanto, él «nunca» estuvo «a solas» con la chica.
Sin embargo, la víctima se ha reafirmado en la denuncia aseverando que las relaciones con penetración tuvieron lugar «tres veces» en la habitación, con la puerta cerrada y mientras su progenitora estaba en el baño fumando y hablando por teléfono.
Además, ha justificado que continuaba asistiendo al piso del procesado en el que ocurrió todo a pesar de que le «incomodaba» su actitud hacia ella porque «me daba dinero y me decía cosas bonitas. Me gustaba lo que me decía».
Y aunque ha manifestado que aseguró al implicado que tenía 16 años, también ha señalado que su madre le había advertido y delante de ella que en realidad tenía 13.
Ambos han declarado en la vista celebrada en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, en la que practicada la prueba todas las partes han elevado a definitivas sus conclusiones.
Así, la fiscal se ha ratificado en los 14 años de prisión solicitados un delito continuado de abusos sexuales a menores con acceso carnal y otro de corrupción de menores, escrito y petición a los que se ha adherido la letrada de la acusación particular, ejercida por el Gobierno regional (la menor está bajo la tutela del Instituto Cántabro de Servicios Sociales).
Por su parte, la defensa ha insistido e la libre absolución de su patrocinado, que en la recta final del juicio, que ha quedado visto para sentencia, ha ejercido su derecho a la última palabra. Momento en el que ha expresado que no quiso «hacer nada», sino «las cosas bien», pero «lastimosamente pasó esto».
El acusado, de nacionalidad extranjera, ha aceptado que cometió «algún error», pero de acuerdo con su versión «nunca» pensó que «las cosas se iban a complicar así».
«Yo caí en una mentira», se ha justificado, para asegurar que ellas -madre e hija- «se lucraban» de él. «Me robaban dinero. Ellas lo agarraban«, ha indicado, para reafirmar que le «amenazaban con denunciarme». Ante esto, él las dijo que hicieran lo que tuvieran que hacer y «al final cumplieron sus amenazas», se ha lamentado.