El filibustero Sánchez ningunea a sus socios para imponer el uso de la mascarilla

Un Gobierno de trileros y filibusteros. Pedro Sánchez se ha ganado a pulso estos términos para imponer sus exigencias. Sus socios, como Bildu y ERC, continúan tragando con ello y mientras no rompan la unidad de la investidura hay PSOE y Podemos para rato.

El Gobierno de Sánchez ha logrado aprobar la imposición del uso de las mascarillas en exteriores con sólo 162 votos a favor, 153 en contra -PP, Ciudadanos y Vox, UPN y Foro Asturias, y 28 abstenciones. En la misma votación de esta normativa se incluía también la revalorización de las pensiones no contributivas, como las de viudedad o las mínimas. Es decir, votar en contra significaba también oponerse a esta subida para los pensionistas.

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Una jugada propia del filibusterismo parlamentario y que causa hartazgo incluso entre los socios de investidura. Los socios de Sánchez que mostraban dudas han optado por la abstención, dado el innecesario voto afirmativo al conseguir más síes que noes.

USO OBLIGATORIO DE MASCARILLA SIN UNA BASE CIENTÍFICA

La mayoría de los grupos de la Cámara Baja consideran inútil obligar al uso de la mascarilla en exteriores. Se trata de una medida ineficaz y sin un sustento médico, más cuando la mayoría de países con mayor número de contagios ha eliminado esta medida para combatir al coronavirus.

Sin embargo, el hecho de incluirla en la misma votación que la revalorización de las pensiones ha provocado un cisma importante entre los socios del Gobierno. Las quejas por estas prácticas podrían poner en un brete al Ejecutivo en próximas votaciones si se le ocurriera hacer lo mismo que este martes.

congreso Moncloa

La norma se tramitará ahora como Proyecto de Ley por el procedimiento de urgencia, y por tanto se impone la obligatoriedad de llevar la mascarilla en exteriores. Es decir, todos aquellos mayores de seis años tendrán que utilizarla siempre, en espacio cerrado o al aire libre. De esta forma, los menores sólo podrán quitárselas cuando estén en casa. Tan sólo hay unas pocas excepciones, como la práctica de deporte de forma individual o actividades al aire libre, como el senderismo. Eso sí, manteniendo una distancia de 1,5 metros de personas ajenas al núcleo familiar.

UNA JUGADA PROPIA DE TRILEROS QUE HARTA A BILDU

La jugada desde el punto de vista del Gobierno es propia de trileros. Incluir en esta votación si se impone el uso de la mascarilla junto con la actualización del IPC a estas pensiones en un único pago, que se percibirá antes de abril de este año.

El decreto no sólo llega tarde, sino que también lo hace mal. Sánchez ha sometido esta votación sin tener cerrados los apoyos, sin haberlo pactado con el resto de grupos afines a su gestión. Ni Bildu ha escondido sus críticas por esta forma de actuar. Los plazos se han apurado tanto que la convalidación del decreto ha llegado a última hora y sobre la bocina. Sin el aval del Congreso, Sánchez se hubiera quedado sin subida a los pensionistas y sin la obligatoriedad del uso de la mascarilla. Ambas medidas hubieran sido derogadas este mismo martes, pero se trata de un juego para obtener munición y atacar a la dura oposición utilizando las mascarillas por un lado, y a los pensionistas por el otro.

Es una jugada impropia de una política de Estado. Pero se pone de manifiesto que el Gobierno está en descomposición. Los socios ya no apoyan sin fisuras a Sánchez, y se ha comprobado en esta votación. De hecho, de haber necesitado la mitad más uno se hubiera quedado lejos de conseguirlo.

El Gobierno no ha esperado a debatirlo el próximo jueves, cuando tendrá otra difícil votación con la reforma laboral. Unidas Podemos continúa con su gran buzón y lejos de derogar la reforma laboral se conforma con modificar cuatro puntitos de la misma.

PP, CIUDADANOS Y VOX CALCAN SUS REPROCHES CONTRA SÁNCHEZ

Para el PP, se ha tratado de un «chantaje». Así es como se ha expresado Ana Pastor, que califica de inútil y sin argumento el uso de la mascarilla. «Nunca han tenido un informe científico-técnico que se lo avale«, le ha dicho a la ministra Carolina Darias. Y es que, el Gobierno no ha aportado ni una sola prueba para mostrar las ventajas de tener la mascarilla puesta todo el tiempo.

Así, por ejemplo, ha criticado las medidas tomadas por el Gobierno para atajar la sexta ola. «Nadie entiende que nos hable de mascarillas en exterior y no le preocupen los aforos», ha sostenido la ex ministra de Sanidad y vicesecretaria de Política Social del Partido Popular.

De hecho, que el Gobierno continúe improvisando tras dos años de pandemia dice mucho de su gestión, más cuando se han convertido en adictos a las restricciones, muchas de ellas tumbadas en los tribunales y aún falta por conocer la factura. El Estado no ha aprobado un marco normativo, dejando su mando único al albedrío de las Comunidades Autónomas, 17 gobiernos y un sin fin de normativas distintas.

Para Ciudadanos, el uso obligatorio de la mascarilla es una restricción arbitraria, mientras ha afeado que se haya mezclado la valorización de las pensiones con esta medida. Desde Vox, más de lo mismo, con un discurso casi calcado al PP, pero más duro. Y es que, los conservadores han exigido la eliminación del IVA en las mascarillas. «Es una prueba fehaciente de que se antepone la recaudación a la salud del ciudadano», ha aseverado la formación, que ha utilizado el término «chantaje».

EL GOBIERNO DE SÁNCHEZ, A LA DERIVA

Bildu, por su parte, se ha mostrado muy crítico con la decisión de votar ambas medidas al mismo tiempo. «Va a ser la última vez» que accederán a este tipo de «chantajes». Para la formación vasca, «faltan medidas útiles». También ha criticado «la falta de rumbo y medidas contrastadas». El Gobierno parece un barco a la deriva que se mantiene por este tipo de remeros.

PNV y Más País han optado por la abstención debido a la mezcla de estos temas que nada tienen que ver. «El Gobierno comete dos errores: el primero, es una medida no eficaz en estos momentos. El segundo, obligarnos a votar en el mismo paquete una medida en la que nadie cree», han asegurado desde Más País.

Tampoco ERC ha dado su apoyo esta vez, que ha calificado el chantaje de filibusterismo. En el PDeCat, más de lo mismo, por el tema de las mascarillas.

Darias, por su parte, ha asegurado que el uso obligatorio de la mascarilla será por «el tiempo mínimo imprescindible». Aún se espera en qué se ha basado para imponer esta medida, cuando Francia, Dinamarca y Reino Unido han levantado esta misma medida por considerarla inútil.