DGT: los tres motivos por los que nunca deberías conducir a bajas revoluciones

La Dirección General de Tráfico (DGT) lanza habitualmente campañas de vigilancia al tiempo que da diferentes consejos a los conductores, como, por ejemplo, para desempañar los cristales del coche.

En esta ocasión, desde el organismo autónomo del Gobierno de España se han dado tres motivos por los que nunca se debería conducir a bajas revoluciones. Te contamos cuáles son.

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¿POR QUÉ NO SE DEBE CONDUCIR A BAJAS REVOLUCIONES?

¿POR QUÉ NO SE DEBE CONDUCIR A BAJAS REVOLUCIONES?

A pesar de que en un principio no lo pueda parecer, el circular a bajas revoluciones hace que también se fuerce el motor, aunque lo hace de una forma diferente. El tener que aprovechar demasiado el acelerador para que responda el vehículo hará que este se ahogue y, al mismo tiempo, provocará que haya numerosas vibraciones que pueden llegar a dañar algunos de sus componentes mecánicos.

Asimismo, en el caso de los vehículos diésel, este tipo de conducción hace que se genere mucha suciedad, más conocida como «carbonilla», la cual puede afectar a diferentes elementos; y además, impedirá superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

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