La madre de la niña Desirée Leal, única acusada de su asesinato, ha hecho uso este lunes de su derecho a la última palabra en el juicio que se celebra en la Audiencia de Lugo por el conocido como Crimen de Muimenta, donde ha asegurado que «adoraba» a su hija y que, «en plenas facultades mentales, jamás le haría daño». «No sé como pasó lo que pasó», ha sentenciado.
Durante ocho minutos, la acusada ha reiterado ante el tribunal y el jurado que «quería mucho» a Desirée y que la niña «lo era todo» para ella. Como ha insistido en su línea de defensa, se ha referido a que no fue consciente de sus hechos: «Con mis facultades mentales normales, jamás le causaría daño», ha subrayado, tras lo que ha destacado que no recuerda «qué pasó esa noche».
La mujer ha indicado que crió a la menor «lo mejor que pudo» y que cuando nació «fue lo mejor» que le había pasado, tras lo que se ha referido a algunos de los episodios tratados en el juicio, como las fotos que repartió entre los familiares poco antes del crimen.
«Yo solo quería que fuese feliz, me daba igual con quien, ni como, ni donde», ha añadido, en referencia al tiempo que la niña pasaba con su padre, del que estaba separado.
La única acusada del crimen ha dicho que «adoraba» a Desirée y que «era la niña de sus ojos». «No sé como pasó lo que pasó y aún no me creo que no la pueda volver a ver», ha destacado. «Cualquiera que me conoce sabe que yo jamás actuaría así en mis plenas facultades», ha zanjado, tras lo que ha cerrado diciendo que «la quería con todo mi corazón».