Los frijoles de la olla son una receta tradicional mexicana que hace referencia a la forma en la que se cocinaba antiguamente esta rica legumbre: en ollas de barro. El barro le da un sabor muy especial a este guiso, mucho más si se cocina sobre una estufa de leña como las de antaño, o al menos sobre un fuego de gas, lentamente y sin prisa, como hacían las abuelas, que dejaban el potaje haciéndose durante varias horas y llenado la casa de aromas.
5NO PONER SAL

Colocamos los frijoles en una olla grande junto con la cebolla y los dientes de ajo pelados, y añadimos el agua y la manteca de cerdo o el aceite de oliva. Aprovechamos para retirar los frijoles o los trozos de los mismos que suban flotando a la superficie. Probablemente, estarán secos y ya no sirven. La olla (preferiblemente de barro) tiene que ser grande porque esta legumbre aumenta mucho de tamaño al cocerse. De momento no añadimos sal, este plato se sazona al final porque la sal puede hacer que la piel de los frijoles se endurezca y reviente durante la cocción.