El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado que el Gobierno va a proceder a «la expulsión de aquellos que no tengan derecho a permanecer» en España y «proteger a quienes tengan derecho a ser protegidos», tras los violentos saltos a la valla de Melilla registrados esta semana, que se han saldado con la entrada de cerca de 900 subsaharianos y 53 agentes heridos, de ellos 50 guardias civiles y tes policías nacionales.
Marlaska, no obstante, no ha detallado cuántos de esos 900 irregulares serán devueltos a sus países y cuántos recibirán protección internacional.
En respuesta a peticiones que han realizado partidos políticos como PP o Vox o asociaciones profesionales de la Policía Nacional y Guardia Civil, que reclaman «la expulsión inmediata» de todos los inmigrantes que hayan entrado a la ciudad española con violencia, el ministro ha señalado que el Ejecutivo central «va a aplicar la ley».
Durante una visita a Melilla, para interesarse por el estado de salud de los 53 agentes heridos, el titular de Interior ha aseverado: «Nosotros somos un estado derecho y aplicamos la normativa, tanto la ley nacional como la ley internacional y procederemos en los términos de identificación y por supuesto de expulsión de aquellos que no tengan derecho a permanecer en nuestro territorio y proteger a quienes tengan derecho a ser protegidos». «Es decir, aplicación de la ley», ha remarcado Grande-Marlaska.
A pregunta de los periodistas y ante esas peticiones de expulsión inmediata para evitar que «el uso de la violencia tenga premio» de entrar en España, como reclaman partidos de la posición y representantes sindicales policiales, el ministro ha señalado que «evidentemente aplicaremos el cumplimiento de la ley, la protección de nuestras fronteras, la protección de nuestros agentes y la protección de los colectivos vulnerables que deban de ser protegidos internacionalmente».
Marlaska se ha pronunciado en estos términos después de que en dos días hayan entrado en las ciudad española cerca de 900 migrantes irregulares, cerca de 500 el miércoles –es la mayor entrada de la historia de la valla junto con dos producidas en el año 2014– y más de 350 este jueves, y un tercer intento fallido el viernes con un millar de subsaharianos, en la semana en la que más guardias civiles y policías nacionales han resultado heridos en la contención de los migrantes en los nueve kilómetros de perímetro fronterizo que separa Melilla de Marruecos desde principios de 1990.