El Proyecto Esperanza-Adoratrices, que trabaja desde el año 1999 ofreciendo apoyo integral a las mujeres que han sufrido la Trata de Seres Humanos, ha atendido a un total de 211 mujeres durante todo el año 2021, según han informado este miércoles. Con ellas, ya son 1.285 las víctimas de trata que han pasado por este proyecto desde que comenzó.
La directora de esta iniciativa, Iris Rodríguez, ha advertido de que la «relativa normalidad» que se ha recuperado durante el año2021 en relación a la pandemia de la Covid-19, «no ha supuesto aún una mejora significativa de las oportunidades para las mujeres atendidas, en términos de que puedan retomar sus proyectos vitales e insertarse laboralmente».
«Tampoco se han terminado de recuperar del todo ni los canales ni los procedimientos administrativos que existían antes de la crisis sanitaria con la consiguiente dificultad de acceso a servicios y prestaciones», ha añadido.
Rodríguez ha explicado que el nuevo contexto ha supuesto que algunas formas de explotación hayan salido de los escenarios convencionales para ubicarse en entornos virtuales y, en este sentido, ha denunciado que se están generando «nuevas formas de captación y explotación» que están «pasando inadvertidos en los planteamientos tradicionales de detección de casos de trata».
En este sentido, ha explicado que el servicio de detección e identificación del proyecto de Adoratrices ha recibido 269 comunicaciones este año, a través del teléfono 24 horas que da servicio los 365 días del año y que, por medio de estas comunicaciones, un total de 136 mujeres fueron detectadas como presuntas víctimas de trata.
Todas ellas han podido acceder al apoyo especializado e integral que ofrece este proyecto, así como el servicio de intervención social con el que cuenta que, según ha explicado la entidad, se basa en una valoración individualizada de cada caso, teniendo en cuenta las características y la singularidad de cada mujer, su edad, nivel formativo, situación familiar, experiencia de vida, situación de violencia y explotación vivida, así como sus fortalezas, logros, objetivos y sueños.
La coordinadora del Área de Intervención Directa. Carmen Bruñó, ha explicado que se «ha priorizado la atención presencial» en todos los servicios de la entidad «cuando las condiciones sanitarias así lo permitían» y «sin desatender atenciones telemáticas cuando nohabía otra posibilidad».
Y, en este sentido ha destacado «que el vínculo que generan las profesionales a lo largo de la intervención y que permanece una vez ésta ha terminado, ha resultado clave en una parte del colectivo atendido, que nos tiene de referencia como recurso social».
Por su parte, la coordinadora del Área de Sensibilización e Incidencia, Marta González, ha señalado que «es necesario aumentar el conocimiento y la visibilidad» en el país sobre «la trata de seres humanos» para «aquellas finalidades de explotación que aún se desconocen y permanecen invisibilizadas».
«Además de la trata con fines de explotación sexual en prostitución, nos preocupa mucho la trata para explotación sexual en régimen de servidumbre sexual en beneficio del propio tratante, la trata para explotación laboral en el servicio doméstico y otros sectores precarizados, la trata para explotación en la comisión de actividades delictivas y la trata para matrimonios forzados», ha advertido.
González ha urgido a «dar una respuesta adecuada a todas las víctimas de este delito para poder facilitar su acceso a derechos y su recuperación integral».