El Govern de Cataluña ha acordado este martes «restringir» sus relaciones políticas con el Ejecutivo central «a mínimos» hasta que se esclarezcan las denuncias de presunto espionaje a más de 60 independentistas con el software Pegasus, entre los que estaría el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y se «depuren» responsabilidades, un caso por el que planea emprender «acciones legales» a todos los niveles.