La Justicia se queda en bragas para frenar a las antiabortistas

La Justicia trata de luchar contra el acoso de las antiabortistas a las puertas de las clínicas de interrupción del embarazo. Gracias a una reforma en el Código Penal, las antiabortistas no podrán acosar a las mujeres que libremente han decido optar por interrumpir su embarazo. Sin embargo, sí podrán reunirse posibilitado así que puedan volver a interpelar a las mujeres que acuden a las clínicas antiabortistas. No obstante, el Senado ha dado luz verde a una reforma del Código Penal para considerar un delito el hostigamiento de los grupos ultraconservadores en las inmediaciones de los centros médicos donde se practican abortos.

España está llena de clínicas abortistas. Ejemplo de ello es la clínica Dator que presume de ser la primera clínica acreditada en España para la interrupción voluntaria del embarazo. Ubicada en la calle Hermano Gárate número 4 en el distrito de Tetuán, esta empresa se encarga de realizar abortos con la incómoda presencia de un grupo provida que yace a diario en las inmediaciones de la clínica. Este grupo de mujeres antiabortistas portan consigo carteles provida y folletos en contra del aborto. Además, organizan vigilias para rezar por los fetos e incluso tienen una ambulancia que realiza ecografías gratis para que las embarazadas se replanteen la decisión tomada.

tienen una ambulancia que realiza ecografías gratis para que las embarazas se replanteen la decisión tomada

Pero no solo hay un grupo de mujeres hostigando a las embarazadas que van a abortar a esta clínica madrileña. El grupo ultracatólico Hazte Oír acaba de inaugurar un local en la esquina de enfrente al centro médico con publicidad para que las embarazadas sigan adelante con le gestación. En su fachada se pueden leer misivas como “El aborto no es la única opción” o “¿Te vas a perder mi sonrisa?”. Este grupo ultraconservador está capitaneado por el empresario Ignacio Arsuaga.

Todas estas intimidaciones llevan sucediéndose años a las puertas de las clínicas abortistas. Desde que fuera inaugurada la clínica, en 1986, este grupo de personas ultracatólicas se concentran en la puerta para tratar de cambiar el rumbo de la decisión tomada por la mujer embarazada. Entonces, la despenalización del aborto era parcial y hubo que esperar hasta 2010, con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, para que el aborto fuera totalmente legal. Durante todas esas décadas y también a día de hoy, el grupo de abortistas ha ido creciendo en volumen precisando la presencia policial a pie de calle. Además, cabe destacar que son muchos los jóvenes que se unen a esta causa.

ASÍ ES LA LEY QUE TRATA DE ACABAR CON EL HOSTIGAMIENTO

Con el objetivo de mitigar los prejuicios que está causando este grupo a las mujeres que han decidido interrumpir su embarazo, el Senado ha dado luz verde definitiva al delito para perseguir el acoso de los antiabortistas frente a las clínicas. La reforma convierte al delito en público, de forma que no sería necesario denunciar el acoso para perseguirlo.

antiabortistas Moncloa

Además, el texto de la Ley protege también a los trabajadores de las clínicas que también han sufrido el hostigamiento de los grupos provida que luchan por que desaparezcan este tipo de empresas. En algunos casos, como por ejemplo el de la clínica Dator, estos empleados han llegado a manifestarse para pedir el cese del acoso.

La Cámara Alta ha sido el organismo encargado de llevar a término esta reforma del Código Penal con la que se pretende poner fin a la impunidad de estos grupos ultraconservadores. La reforma contempla penas de prisión de tres meses a un año además de trabajos en beneficio de la comunidad para quienes “coarten u hostiguen la libertad de una mujer que pretenda ejercer su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo”.

La reforma a la que ha dado luz verde el Senado ha sido aprobada con el voto favorable de todos los grupos de la Cámara excepto de PP y Vox que han votado en contra. El Partido Popular y Vox alegan que no se puede «criminalizar a los provida» y su vinculación con estos grupos antiabortistas ha motivado su voto en contra. No obstante, la reforma ha salido adelante y será un delito acosar a las mujeres que deseen interrumpir su embarazo. Eso sí, podrán seguir reuniéndose ya que el derecho a asociación no está penado.