El aceite de soja, el más consumido en todo el continente americano, es rico en ácido linoleico (omega-6), y su composición es muy similar al de girasol. Es utilizado para freír comidas rápidas, agregado a alimentos envasados y alimentar al ganado. Pero en 2020, un estudio demostró que sus componentes conducen a la obesidad y a la diabetes, y también podría afectar a las condiciones neurológicas como el autismo, la enfermedad de Alzheimer, la ansiedad y la depresión. Por esto, te traemos algunas alternativas saludables de aceite para reemplazarlo.
1Aceite de girasol
El aceite de girasol es de origen vegetal y se extrae del prensado de semillas de la planta. Tiene una apariencia cristalina y un color amarillo pálido. Entre sus beneficios encontramos que está constituido fundamentalmente por ácidos poliinsaturados de los que destacan el Omega 3 y Omega 6, los cuales se consideran esenciales y deben proporcionarse diariamente. Es rico en vitamina E, que actúa como antioxidante, al ayudar a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Posee propiedades antiinflamatorias, por lo que es adecuado en casos de artritis, síndrome premenstrual y enfermedades de carácter inflamatorio.