Muchos cogen el avión frecuentemente durante todo el año; otros, en esta época, con la llegada de las vacaciones de verano. De cualquier forma, quién más quien menos lo ha cogido alguna vez y en muchos casos una vez al año para los días de descanso. El problema obviamente viene en el caso de que el avión sea casi tu segundo hogar, bien por motivos de trabajo, por se un nómada o por ejemplo residir en Canarias y volar frecuentemente a Madrid, por poner un caso «casero». En estos casos veamos qué riesgos para tu salud conlleva estar tantas veces y tanto tiempo en el aire.
MUÉVETE POR EL AVIÓN
Si embarcas en un vuelo que supere las 2 horas, es recomendable que te des paseos cortos por el avión para evitar que tu circulación sanguínea se vea afectada. La rígida postura corporal en la que viajas aumenta el riesgo de sufrir trombosis. Mientras estés sentado procurar no cruzar las piernas, ya que mantener esa postura durante un tiempo prolongado aumentará la probabilidad de hinchazón. Si te levantas a estirar las piernas evitarás que se hinchen. Aprovecha cuando te incorpores también para realizar rotaciones de las articulaciones.
