Muchos cogen el avión frecuentemente durante todo el año; otros, en esta época, con la llegada de las vacaciones de verano. De cualquier forma, quién más quien menos lo ha cogido alguna vez y en muchos casos una vez al año para los días de descanso. El problema obviamente viene en el caso de que el avión sea casi tu segundo hogar, bien por motivos de trabajo, por se un nómada o por ejemplo residir en Canarias y volar frecuentemente a Madrid, por poner un caso «casero». En estos casos veamos qué riesgos para tu salud conlleva estar tantas veces y tanto tiempo en el aire.
USA ROPA CÓMODA
Teniendo en cuenta que no vas a desfilar en una pasarela de moda, para viajar en avión debes optar por prendas que sean cómodas y amplias. Durante el vuelo, sobre todo si se trata de un viaje largo, la ropa ajustada terminaría por apretarte por lo que debes evitar los tejidos poco elásticos. El calzado también debe ser cómodo, no porque tengas que recorrerte los aeropuertos de salida o llegada que también, sino porque cuantas más horas pases en el avión mayor es la probabilidad de que se te hinchen los pies. Si escoges un tipo de calzado que no oprima el pie, transpirable, flexible y preferiblemente de cordones, que puedas abrir en caso de hinchazón, llevarás mucho mejor el viaje en avión.
También es importante que la ropa sea acorde a una temperatura media pudiendo añadir capas si fuera necesario. Normalmente el avión establece una climatización de 22º centígrados, pero con el aire acondicionado puedes coger frío, por lo que no llevar algo de abrigo sería un error. Ah, y compra un kit para dormir con almohadilla, tapones y antifaz, para evitar la luz artificial, el ruido y problemas de cuello y espalda.
