Muchos cogen el avión frecuentemente durante todo el año; otros, en esta época, con la llegada de las vacaciones de verano. De cualquier forma, quién más quien menos lo ha cogido alguna vez y en muchos casos una vez al año para los días de descanso. El problema obviamente viene en el caso de que el avión sea casi tu segundo hogar, bien por motivos de trabajo, por se un nómada o por ejemplo residir en Canarias y volar frecuentemente a Madrid, por poner un caso «casero». En estos casos veamos qué riesgos para tu salud conlleva estar tantas veces y tanto tiempo en el aire.
5QUÉ HACER PARA MINIMIZAR EL RIESGO
Siempre se puede hacer algo, en caso de que estos viajes frecuentes sean inevitables, así como el ‘jet lag’. Lo primero que hay que evitar es tomar alcohol, algo por otro lado muy socorrido para lidiar con tantas horas de vuelo aburrido y claustrofóbico. Ni durante, ni antes ni después del vuelo, de hecho. El alcohol no hace sino empeorar los efectos, además de alterar aún más un sueño ya de por si destrozado. Lo que si hay que beber, y mucha, es agua. Es vital hidratarse lo más posible, más aún por el ambiente seco del avión, debido a la presurización y el aire acondicionado.
