Muchos cogen el avión frecuentemente durante todo el año; otros, en esta época, con la llegada de las vacaciones de verano. De cualquier forma, quién más quien menos lo ha cogido alguna vez y en muchos casos una vez al año para los días de descanso. El problema obviamente viene en el caso de que el avión sea casi tu segundo hogar, bien por motivos de trabajo, por se un nómada o por ejemplo residir en Canarias y volar frecuentemente a Madrid, por poner un caso «casero». En estos casos veamos qué riesgos para tu salud conlleva estar tantas veces y tanto tiempo en el aire.
4SEDENTARISMO EN EL AVIÓN
Ya sabemos la tortura que es para muchos estar sentado horas en un espacio tan pequeño, sobre todo si somos corpulentos o con peso. Las piernas se hinchan, la digestión se hace más lenta, por no hablar de los efectos psicológicos de ansiedad y claustrofobia. Lo peor es que en grado extremo pueden provocar trombos. Mala pinta si te pilla a miles de metros de altura, aunque haya un médico entre los pasajeros.
Por último, no nos podemos olvidar de algo que pocos saben: durante el viaje en avión estamos expuestos a la radiación cósmica, equivalente a la que sufrimos cuando nos realizan una radiografía.
