La Fundación Alternativas y la lucha contra el consumo de alcohol entre menores

La Fundación Alternativas ha afirmado que el consumo excesivo de alcohol entre menores es «uno de los principales problemas de salud pública en España» y «todas las empresas» deberían combatirlo, pues son «responsables de contribuir a la mejora de la salud y a la protección de los menores».

Así lo ha indicado el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, Diego López Garrido, que considera que las compañías «tienen que tener una función social». «Esa empresa antigua ultraliberal que solamente se tiene que preocupar del beneficio debe pasar a la historia».

A su juicio, el «propósito» de las empresas debe expresarse en «unos sueldos adecuados, pagar los impuestos, preocuparse del medio ambiente y tener unas relaciones corporativas justas», pero también «deben ocuparse de los jóvenes y de su salud». Es muy preocupante el alto nivel de consumo de alcohol en los jóvenes en España y que, además, se produce cada vez con más precocidad», ha apuntado.

BAJA PERCEPCIÓN DE LOS RIESGOS PARA LA SALUD

La Fundación Alternativas publicó el pasado diciembre un informe y un decálogo titulado ‘Menores y adolescentes sin alcohol: una perspectiva epidemiológica, económica y jurídica’. Destaca que el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida entre estudiantes de entre 14 y 18 años y que «no solo no existe una percepción del riesgo» de consumir alcohol entre esta población, sino que se considera «cada vez más como una actividad social».

El alcohol se considera factor causal de más de 60 enfermedades, como cirrosis hepática, pancreatitis, enfermedad hipertensiva, depresión y otros trastornos neuropsiquiátricos, lesiones o diversos tipos de cáncer, y el inicio precoz de su consumo se vincula al retraso en la maduración neuronal y a un mayor consumo de riesgo y dependencia alcohólica en la edad adulta, según señala el documento.

Igualmente, entre la población adolescente se ha asociado a un incremento de las lesiones, accidentes de tráfico, conductas sexuales sin protección, aumento de embarazos no deseados, mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual y fracaso académico.

Por ello, el decálogo, elaborado por las expertas Francisca Sureda Llull, Marta Trapero Bertran y Josefa Cantero Martínez, reclama que los poderes públicos aborden este problema y plantea posibles vías de regulación, además de instar a monitorizar mejor el consumo de alcohol en jóvenes y adolescentes y estudiar su impacto en la salud.

Por ejemplo, apuesta por aumentar la carga impositiva y establecer precios mínimos para las bebidas alcohólicas, controlar de manera estricta la venta de alcohol a menores y aumentar las sanciones a los establecimientos que incumplan la ley, prohibir la publicidad de alcohol en medios de comunicación y espacios públicos, incluir advertencias sanitarias en el etiquetado y en cualquier publicidad de bebidas alcohólicas y prohibir el uso de conceptos como «consumo moderado» o «consumo responsable.

Respecto a la autorregulación, la Fundación Alternativas sostiene que estas medidas pueden ser «un apoyo o complemento de las políticas nacionales», pero «no pueden sustituirlas», ya que las empresas del sector «tienen sus propios intereses económicos y de mercado».

PREVENCIÓN Y CONCIENCIACIÓN

Actualmente, el Gobierno trabaja en la elaboración de un anteproyecto de ley de prevención de los efectos negativos del consumo de alcohol en menores y el pasado 8 de abril cerró la consulta pública a través de la cual recabó la opinión de ciudadanos, organizaciones y asociaciones al respecto.

Con esta futura ley, el Ejecutivo busca prevenir este consumo y los daños que pueda causar; impedir las actividades y conductas destinadas a promover o facilitar la ingesta de bebidas alcohólicas en menores de edad; y fomentar hábitos de vida saludables en este colectivo.

El decálogo de la Fundación Alternativas también incide en la importancia de la prevención y subraya la necesidad de aumentar la concienciación de los ciudadanos sobre los efectos negativos que provoca el consumo de alcohol sobre la salud, en particular en la población más joven.

«Los efectos mayores sobre la salud se dan si inicias el consumo cuando eres menor de edad, cuando tu cuerpo es más vulnerable», ha recalcado López Garrido, que cree que «hay una falta de información evidente sobre los riesgos» que esto conlleva, especialmente entre chicos y chicas de entre 14 y 16 años.

Ven el alcohol «como algo positivo, que socializa», ha añadido, afirmando que esta visión se puede combatir con políticas educativas en colegios e institutos e informando a los padres.

RESTRICCIONES A LA PUBLICIDAD

También lamenta que en algunos casos en la publicidad se recomiende el «consumo responsable o consumo moderado» de alcohol: «El único nivel de consumo que evita riesgos para la salud, especialmente en la gente joven, es el consumo cero».

El vicepresidente de la fundación ha abogado por «prohibir absolutamente» la publicidad del consumo de alcohol dirigida a jóvenes, prestando especial atención a los anuncios en internet y en las redes sociales, por ser medios que llegan con mayor facilidad a ese grupo de población.