Según los datos recogidos en el Libro Blanco de la Visión en España, hay unos tres millones de españoles que utilizan lentillas para corregir diversos problemas viales como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. Las lentes de contacto son una forma práctica de ver con claridad sin tener que ponerse unas gafas. Los usuarios de este sistema lo escogen principalmente por cuestiones estéticas, porque ofrecen un mayor campo visual y porque resultan más cómodas que las gafas para determinadas actividades como puede ser la práctica deportiva (aunque no se recomiendan durante ejercicios de gran impacto).
RIESGOS EN EL USO DE LENTILLAS
Colocar las lentillas requiere práctica, ya que hay que saber depositar correctamente la lente sobre la película del lagrimal que recubre el ojo. También para retirarlas hay que ser muy cuidadoso, y cualquier manipulación de la lentilla debe hacerse con el mayor escrúpulo y siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de uso de los oftalmólogos para evitar riesgos que comprometan la salud de los ojos. Sin embargo, el uso de lentillas, aunque se haga de la manera correcta, no está exento de ciertas complicaciones que pueden afectar a diversas partes del ojo.
