Irene Montero activa el modo «destroyer» y hace lo que le da la gana

Irene Montero se ha puesto en modo «destroyer». La ministra de Igualdad lleva tiempo haciendo lo que quiere, ya no le importan ni su imagen ni la opinión que tengan de ella los votantes. Ya nada le importa a la política de Unidas Podemos, dado que sabe que haga lo que haga únicamente conseguirá contentar a un reducido nicho de votantes, al colectivo LGTBIQ+, y por ellos es por los únicos por los que trabaja. Consiguió que se aprobara su proyecto estrella, la Ley Trans, y ahora solo quiere disfrutar de lo que resta de legislatura haciendo lo que quiere. El viaje a Estados Unidos de Irene Montero juntos a sus amigas ha sido solo uno de los movimientos «destroyer» que ha llevado a cabo. Aunque no ha sido el único, se sabe la ministra peor valorada, algo a lo que no podrá darle la vuelta. Por eso, ha llegado a un punto de «dejadez», ha activado el modo «destroyer» y ha decidido hacer lo que le dé la gana hasta, al menos, que acabe la legislatura.

A la ministra de Igualdad ya le da igual todo o, por lo menos, eso es lo que parece. La semana pasada llevó a cabo un viaje a EEUU acompañada de sus amigas la secretaria de Estado, Ángela Rodríguez; su jefa de gabinete; Lidia Rubio; y su íntima amiga Isa Serra. Se trata de un movimiento que ha levantado muchas críticas entre los ciudadanos españoles. Y es que, Irene Montero decidió viajar al país estadounidense utilizando el Falcon para que su amiga Isa Serra no tuviera problemas al pasar la frontera, dado que esta política ha sido condenada por el Tribunal Supremo y todavía a día de hoy continúa la batalla en los Juzgados españoles. A esta cuestión se suma el hecho de que la titular de Igualdad decidió llenar sus redes sociales con un sin fin de imágenes junto a sus amigas.

Irene Montero hará lo que le dé la gana en lo que resta de legislatura

Si Irene Montero no hubiera compartido dichas fotográficas y hubiera decidido dejar en tierra a Isa Serra y viajar en turista, en un vuelo normal, el revuelo habría sido menor. Pero su actitud «destroyer» le impedía mantener un perfil bajo, ya que le da igual lo que opinen de ella. Desde prácticamente el comienzo de la legislatura, Irene Montero ha sido la ministra del Gobierno peor valoradas en los sondeos que se han llevado a cabo. Con puntuaciones entorno al 1 y ningún aprobado, la imagen de la ministra peor valorada ha ido siendo asumida por esta política de Unidas Podemos. Tiene tan interiorizado que no podrá darle la vuelta a estos datos que ha llegado al punto en que le da igual lo que opinen de ella y hace lo que quiere. Sabe que no podrá contentar a un gran nicho de votantes y que únicamente consigue agradar al colectivo LGTBIQ+. Por eso, ya ni siquiera se preocupa por cuidar su imagen y en lo que resta de legislatura, que es algo más de un año, hará lo que le dé la gana. Además, sabe que nadie la va a echar de su cargo porque quien maneja los hilos en su formación, en Unidas Podemos, es su íntima amiga, compañera de la facul, Ione Belarra.

La única obsesión de Irene Montero desde que aterrizó en el Ministerio de Igualdad ha sido sacar adelante su proyecto estrella, en el que lleva tanto tiempo trabajado, la Ley Trans. Ahora, después de que consiguiera la luz verde del Consejo de Ministros, parece que se da por satisfecha, considera que ya ha llevado a cabo todo lo que tenía que hacer como titular de Igualdad y, durante el tiempo que queda hasta las elecciones, hará y deshará a su antojo. Da igual lo que diga la opinión pública de ella. Ha activado el modo «destroyer» y ya no hay quien la pare.

IRENE MONTERO PARECE QUE QUIERE FASTIDIAR A YOLANDA DÍAZ

Una actitud que podría ir encaminada también hacía una persona en particular y su nueva plataforma. Se trata de Yolanda Díaz y su plataforma Sumar. Irene Montero sabe que la vicepresidenta y ministra de Trabajo es quien realmente representa a Unidas Podemos, en quien piensan los ciudadanos a la hora de votar a la formación morada. Por este motivo, puede que haya decidido tomar esta actitud para fastidiar a Yolanda Díaz y a su nueva plataforma, dado que sabe que no contará con ella para unirse a Sumar de cara a los próximos comicios nacionales. De esta forma, la titular de Igualdad se encuentra a la deriva, haciendo lo que quiere y cuando quiere. Si al principio de la legislatura cuidaba su imagen, media lo que decía y a que actos acudía esto ya no es así. El modo «destroyer» de Irene Montero ha llegado para quedarse, ya no hay quien la pare y, por lo menos, hasta que se lleven a cabo las elecciones generales hará lo que se le antoje.