sábado, 14 diciembre 2024

El plan de Interior para reforzar la seguridad fronteriza en Ceuta y Melilla hace aguas

La seguridad en las fronteras de Ceuta y Melilla sigue siendo una asignatura pendiente en el Gobierno de España. A pesar de que el ministerio del Interior ha invertido casi 50 millones de euros públicos desde 2019 para tratar de proteger los pasos fronterizos allí siguen viviéndose momentos de tensión. El plan de modernización en el perímetro fronterizo de Ceuta y Melilla hace aguas ya que han sido numerosos los saltos que se han producido desde que este proyecto está en marcha. Incluso, han llegado a morir inmigrantes mientras trataban de saltar la valla. El plan de seguridad en las fronteras de Ceuta y Melilla hace aguas mientras los agentes allí desplazados esperan con inquietud el próximo salto.

En 2019, el Gobierno de España puso en marcha un plan de modernización en el perímetro fronterizo de Ceuta y Melilla a pesar de tener las fronteras externalizadas. El Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez decidió poner en marcha este plan que tenía como objetivo una actuación integral de modernización tecnológica de los pasos fronterizos. Desde 2005, no se había realizado ninguna obra de mejora por lo que el Gobierno decidió que ya era hora de modernizar las vallas con el objetivo de proteger la zona. Para ello, el Ejecutivo ha invertido
48.761.457,65 de euros públicos.

De este modo, el Gobierno ha decidido reforzar la seguridad de los tramos de los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla. Para ello ha utilizado millones de euros de las arcas públicas para poner en marcha un nuevo sistema automático de control de entrada y salida de peatones de los puestos de Beni Enzar (Melilla) y El Tarajal (Ceuta). Además, el Gobierno de España, a través del ministerio del Interior, ha sustituido las concertinas actuales por unas menos lesivas. No obstante, las concertinas son unos alambres de cuchillas de uso militar que se utilizan para atrapar y causar graves cortes o lesiones a las personas que intenten atravesarlas por lo que muchos inmigrantes han resultado heridos en su intento de acceder a España. Además, también se han realizado mejoras de los sistemas de circuito cerrado de televisión (CCTV) en ambas fronteras mejorando la red de fibra óptica.

Sin embargo, estos casi 50 millones de euros en un plan que ya se ha ejecutado han servido de poco para poder mantener la seguridad fronteriza. Debido a conflictos geopolíticos con Marruecos, el país africano ha abierto en varias ocasiones la valla de Ceuta y Melilla provocando un coladero de inmigrantes que han tenido que ser acogidos por España. Pero esto no es algo nuevo y es que los subsaharianos organizados a través de mafias llevan años asaltando las vallas españolas.

LA ODISEA DE LOS MIGRANTES PARA CRUZAR A CEUTA Y MELILLA

La frontera de Ceuta y Melilla es la más desigual del mundo. Estas dos ciudades autónomas españolas se encuentran en pleno norte de África y son muchos los migrantes africanos que han tratado de acceder a estos territorios en busca de una vida mejor. Sin embargo, llegar a España no es tarea fácil y en algunos casos llegan a arriesgar su propia vida en un intento desesperado para tratar de acceder a los territorios europeos en pleno África.

Llegar a España se ha convertido en un negocio para muchos. Distintas mafias identificadas por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado organizan a los inmigrantes para cruzar estos pasos limítrofes. Según fuentes policiales, los migrantes llegan a pagar entre 2.000 y 10.000 euros para llegar a España. Tras pagar esta cantidad, los inmigrantes que tratan de acceder a Melilla aguardan escondidos en el Monte Gurugú (Marruecos) el mejor momento para cruzar. Algunos, incluso, llegan a acampar en este seco monte durante días esperando a que la presencia policial disminuya y poder acceder con éxito. En el caso de Ceuta, la mayoría de los asaltos se producen a través de la playa del Tarajal donde acuden embarcaciones que llevan a los inmigrantes hasta las aguas españolas.

Según fuentes policiales, los migrantes llegan a pagar entre 2.000 y 10.000 euros para llegar a España

Equipados con botas de pinchos, ropa deportiva y punzones en algunos casos, los inmigrantes tratan de acceder a España donde les esperan efectivos policiales, guardia civil y militares que tratan de mantener la seguridad en las fronteras españolas incluso por la fuerza. Esta presencia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ha provocado en algunas ocasiones batallas campales en los pasos fronterizos que han acabado en desgracias. Este es el caso del último salto masivo que se produjo el 24 de junio entre la ciudad marroquí de Nador y Melilla donde murieron 37 personas según datos oficiales de las ONG que trabajan en la frontera.

Los inmigrantes que consiguen acceder a España son atendidos por las distintas asociaciones humanitarias que trabajan en la zona. Las personas que consiguen llegar hasta Ceuta y Melilla son acogidos en Centros de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) que a menudo ven peligrar su aforo debido a los saltos masivos. Allí se les proporciona atención sanitaria, un techo bajo el que dormir y comida hasta que regularicen su situación migratoria. Tras ser víctimas del tráfico de personas que instauran las mafias de la zona, los inmigrantes son recibidos por las ONG que de manera desinteresada acogen a los subsaharianos que solo buscan un futuro mejor en Europa.