Inés Arrimadas da la orden interna de no filtrar cuántos afiliados se han largado de Ciudadanos

En la cúpula de Ciudadanos ya todos saben que se extinguirán, como los dinosaurios, pero antes de eso, aprovecharán para rascar los últimos recursos económicos que pueda obtener el partido, para sepultar el nombre de la tolda naranja y dejar atrás el estrepitoso fracaso. Pero para mantener el circo, Inés Arrimadas ha dado la orden interna de no permitir que se sepa el dato de cuántos afiliados le quedan a la formación que ella dirige.

La única persona que tiene esa información es Borja González, secretario de Organización de Ciudadanos, quien bajo ningún concepto puede permitir que se sepa cuánta gente ha tomado la decisión de desafiliarse tras la debacle de las elecciones en Andalucía, donde la derrota del candidato Juan Marín y su decisión de renunciar al partido apenas un día después de perder, generó una ola de fugas que dejó las cifras de afiliados en rojo.

La orden es que este número no debe aparecer ni siquiera en informes internos, absolutamente nadie puede saberlo, pues a pesar de que todos se preparan para echar el cierre, se debe mantener en secreto la «vergonzosa» cifra, calificada así por fuentes internas del partido, que advierten que solo González y Arrimadas tienen derecho de saberlo, pero que ante todo, deben fingir que todo está perfecto y que el plan de restructuración interna va viento en popa, para no desalentar a los soldados rasos que quedan, pues necesitan al menos una estructura básica que haga posible que se mantenga la fachada de que las cosas irán mejor, porque solo así llegarán los recursos económicos.

En Moncloa.com nos comunicamos con el propio Borja González, pero pasó de responder la consulta sobre la cifra de afiliados que tiene actualmente el partido. También se lo consultamos a Edmundo Bal, quien solo se limitó a decir que él no tenía conocimiento de esa cifra y que ese tipo de informaciones solo las podía ofrecer el equipo de prensa; el detalle está en que ninguno de los miembros del equipo de prensa respondió las múltiples llamadas hechas por este medio de comunicación.

Tampoco fueron respondidos los correos electrónicos que se enviaron al área de afiliaciones y a la propia oficina de comunicaciones, pues todo están ya advertidos de que por nada del mundo se debe saber cuánta gente permanece en las listas de afiliados del partido naranja.

«Ese número solo lo sabe Borja González y tal vez alguien se su equipo, pero es que es un número tan malo, que evidencia tanto el descalabro, que está prohibido decirlo, manejarlo», señaló una fuente vinculada con el partido.

El sistema que se encarga de gestionar ese tipo de datos dentro de Ciudadanos se actualiza automáticamente, pero ha pasado a ser una información a la que prefieren no hacerle ningún caso, porque saben que el panorama es dantesco.

Todo se agravó desde el pasado 19 de junio, tras la derrota de Juan Marín. Para muchos de los afiliados del partido el hecho de que no hubiesen ni siquiera conservado la cantidad de curules que tenían en el parlamento Andaluz fue un balde de agua fría, pues el discurso que vendía el partido de Arrimadas a sus votantes era que por lo menos se iban a mantener en el radar, para tratar de darle continuidad a un gobierno en alianza con el Partido Popular.

Pero es que fue tan vergonzosa la derrota que de ahí en adelante no ha habido manera de contener las fugas dentro del partido y semana tras semana la estampida los ha dejado con unos números absolutamente críticos, a pesar del discurso de Inés Arrimadas de que regresarán reforzados y renovados, cuando ella misma sabe que ni siquiera para las elecciones municipales y autonómicas tendrán la fuerza suficiente para poder llegan con ningún candidatos, pues se han quedado sin gente, sin votantes, sin figuras de peso y sin liderazgo.

Ciudadanos, tal como lo señalaba el mes pasado la encuesta hecha por el Gurpo Merca2, donde 45% de los españoles consideraban que Ciudadanos debería desaparecer como partido político o en el mejor de los casos fundirse con el Partido Popular que es lo que les ha estado pasando, pues desde adentro saben que los votantes del partido se fueron directamente al bando azul y que por eso fue que Juan Manuel Moreno Bonilla logró la victoria tan holgada en las elecciones del pasado 19 de junio.

La última cifra que se hizo pública del número de afiliados que tenía la organización liberal era de 9.500 personas, aproximadamente, y esto fue a principio de 2022, mucho antes de la debacle en Andalucía y muy por debajo del pico de 34.000 afiliados que tenían en sus filas cuando estaba Albert Rivera al frente de la organización.

El discurso, de cara a los votantes será que más allá de la restructuración, todo marcha sobre ruedas, a pesar de que esta misma semana les dijo adiós Ignacio Aguado, tras nueve años de militancia. En su carta de despedida, el ex vicepresidente de la Comunidad de Madrid dijo que se debió a los malos resultados electorales de Andalucía, donde el partido pasó de tener 21 escaños a quedarse en cero.