Pedro Sánchez convierte a Teresa Ribera en un florero hasta la crisis de Gobierno de enero

Pedro Sánchez le ha encontrado una nueva utilidad a Teresa Ribera. La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico está cada vez más quemada, sobrepasada y sin ningún tipo de ideas ante la situación que está viviendo España y toda Europa respecto a la crisis energética. En La Moncloa están desesperados por quitársela de encima, pero quieren hacer las cosas bien, no quieren repetir la misma purga que se llevó a cabo hace un año. Esta vez llevarán a cabo una crisis de Gobierno de una forma más elegante. Hay varios nombres que suenan para abandonar el cargo, pero solo uno de ellos parece que no tendrá salvación: Teresa Ribera. El presidente del Gobierno no ha dejado de restarle competencias a esta ministra, ya no confía en ella ni siquiera para defender medidas que dependen de su departamento. Y no solo eso, sino que ahora parece que le ha encontrado una nueva utilidad, un nuevo cargo ideal para lo que esperan de ella hasta que se lleve la crisis de Gobierno, que tendrá lugar a principios del año 2023. Así, Pedro Sánchez ha decidido convertir a Teresa Ribera en un florero hasta la próxima purga.

La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuenta con una larga lista de cuestiones que la han puesto en el punto de mira de Moncloa y en la lista negra de Pedro Sánchez. Cada vez ha ido perdiendo más competencias hasta el punto de que el presidente del Gobierno le ha encontrado una nueva utilidad y un nuevo cargo. Así, Pedro Sánchez ha decidido convertirla en florero, no quiere que haga absolutamente nada que pueda comprometer al Ejecutivo y más aún cuando las elecciones se encuentran a la vuelta de la esquina. Y es que, durante este martes se va a llevar a cabo un sesión de control en el Senado y todos los ministros que asistan responderán a las preguntas parlamentarias. Todos menos una persona, Teresa Ribera. No quiere dejar bajo su responsabilidad nada que pueda suponer un problema para el Gobierno. Pedro Sánchez tiene claro que esta ministra saldrá durante la próxima crisis y por ello va a mantenerla como un mero florero hasta principios del año 2023, que es cuando se producirá la purga.

Desde la sequía que ha azotado toda España durante este verano y la falta de ideas para hacer frente a la crisis energética en la que está sumida tanto España como toda Europa, son algunas de las razones por las que Teresa Ribera está en una situación comprometida. Y no solo eso, sino que a ello hay que sumarle también su mal carácter que está provocando muy mal ambiente dentro de las filas de su departamento. Tal es el punto, que ninguno de los jefes de gabinete que han estado a sus órdenes ha aguantado demasiado en el cargo. Aunque los trabajadores de sus ministerios no son los únicos que están hartos de ella.

TERESA RIBERA TIENE UN PIE FUERA DEL GOBIERNO

Los pesos pesados del Gobierno tampoco quieren saber nada de ella, como el ministro de Presidencia, relaciones con las Cortes y Reto Demográfico, Félix Bolaños. A él se suma también Pedro Sánchez, quien decidió meterla en su lista de defenestrados hace mucho tiempo. Además, si dentro de esta lista hay alguno que todavía tiene oportunidad de salvarse, este no es el caso de Teresa Ribera y desde La Moncloa se lo han hecho saber. Teresa Ribera no ha dejado de perder competencias y peso dentro de las filas del Ejecutivo. La primera medida que tomó el presidente fue impedirle que defendiera desde el atril del Congreso de los Diputados el decreto de ahorro energético. Una iniciativa que es competencia del departamento de Transición Ecológica y que sin embargo defendió públicamente la titular de Transportes, Raquel Sánchez. Tras este movimiento, las humillaciones a Teresa Ribera no han dejado de sucederse y ser cada vez más evidentes.

La ley de costas es otra de las competencias que han decidido quitarle a Teresa Ribera, ya que consideraron mejor opción que fuera las comunidades autónomas las que gestionaran estas cuestiones. Ya en 2020, Teresa Ribera anunció que modificaría la ley de costas y el cambio ha sido que se ha deshecho de ella en el caso de Canarias. A partir de 2023, será el propio Gobierno canario quien autogestionará sus costas en vez de que lo haga el ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España. Ha sido una pérdida de competencias tras otra.

PEDRO SÁNCHEZ NO HA DEJADO DE RESTARLE COMPETENCIAS A TERESA RIBERA

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, está al borde del colapso. Tanto es así, que fuentes del Gobierno aseguran que Moncloa exigió que fuera “otro” quien defendiera ayer el decreto de ahorro energético tan polémico del Ejecutivo. Su mal carácter ha convertido el ministerio en un entorno hostil, pero lo cierto es que a nivel personal Ribera está absolutamente “sobrepasada” y “desgastada”, según las fuentes, por la crisis energética, algo que no es ajeno para Moncloa. La socialista se ha quedado sin ideas; y entre vaciados de embalses y quemas de carbón ha llegado a un punto en el que Moncloa se niega a que ella dé la cara. Las constantes críticas, los pocos apoyos internos y la sensación de que esa transición ecológica se ha convertido en una “supervivencia energética” han dejado una Ribera lo suficientemente tocada como para que salga en la próxima crisis de Gobierno que fuentes internas de Moncloa fechan en enero de 2023.