¿Cada cuánto lavas la toalla que usas en el baño para secarte la cara, las manos y el cuerpo? Aunque no lo parezca, este esponjoso pedazo de tela que nos envuelve agradablemente cuando salimos de la ducha, es un verdadero caldo de cultivo para gérmenes y hongos. En ellas se acumulan con mucha facilidad células de piel muerta, secreciones corporales de todo tipo, ácaros y demás agentes patógenos. Sí, aunque nos acabemos de lavar con jabón cada vez que la usamos. Y es que la toalla reúne las condiciones perfectas que les gustan a los microbios: humedad, temperatura cálida, pH neutro y oxígeno.
6LAVAR A 60 GRADOS

También hay expertos que aconsejan lavarlas después de cada uso, como la opción más ideal. Para lavar una toalla de forma adecuada y terminar con los microorganismos que se acumulan hay que usar un programa a 60 grados, o bien emplear algún tipo de detergente que contenga agentes blanqueadores basados en oxígeno. Otro truco para conseguir una limpieza óptima es agregar un poco de vinagre blanco a la lavadora, ya que también ayuda a desinfectar y previene el olor a humedad. Una vez lavadas, se aconseja secarlas al aire libre para que se aireen bien. Si una toalla huele a humedad, hay que lavarla de inmediato porque eso significa que ya hay muchos microbios creciendo en sus fibras.