Existen ocasiones en las que el día a día o lo frenético de la rutina puede provocar desajustes en el organismo de los que no somos conscientes. Incluso presentando algunos síntomas más o menos claro, es habitual que no se le dé importancia al asunto. Al fin y al cabo, ¿cuántas veces las dolencias no desaparecen de la misma forma en la que se presentan sin más? La falta de hierro, no obstante, no solo puede provocar un tipo de anemia, sino también perjudicar gravemente la salud y las energías que se requieren para sobrellevar cada jornada.
En este artículo te damos las claves sobre cómo detectar si realmente tu cuerpo te está diciendo que padece una alarmante falta de hierro.
1Falta de hierro: fatiga y cansancio
Uno de los principales problemas que tiene la falta de hierro es que no resulta sencilla de detectar. Ni siquiera por uno mismo. Uno de sus síntomas más evidentes pasa por el cansancio y la fatiga, que pueden ser más o menos pronunciados dependiendo incluso de cada momento del día. Hay mil motivos por los que uno puede sentirse agotado, sin ir más lejos el haber dormido mal o haber salido de fiesta de manera algo continuada.
Aún así, también puede ser una evidencia de que se padece falta de hierro. Antes de consultar al médico, eso sí, es conveniente fijarse en otras posibles señales que hagan despertar las alertas.
