Feijoo abre otra cicatriz en el PP con su posición sobre el aborto y se encara con el ala dura de Génova

La hemeroteca es mala. Quién no recuerda la negativa de Mariano Rajoy al matrimonio homosexual y quién no recuerda el recurso que presentó el Partido Popular por la ley del aborto. Pues bien, Alberto Núñez Feijoo, más de una década después, ha dado un giro a la posición del partido dejando claro que no está en contra de la ley que se sacó adelante entonces. El problema es que se ha generado un fuerte malestar en Génova porque el núcleo duro del PP aún está formado por dirigentes que siguen siendo contrarios a esta norma que el Tribunal Constitucional ha dado por buena. Feijoo ha ahondado más en las cicatrices internas del partido.

El PP dijo que derogaría la ley del aborto si gobernara. Pero en ese momento había otros dirigentes populares, no los actuales. Alberto Núñez Feijoo ha moderado la línea del partido lo suficiente como para que el ala dura del PP se haya levantado contra los comentarios soltados por Feijoo una vez el Tribunal Constitucional ha dado su resolución. Para Alberto Núñez Feijoo, una ley de plazos en este punto está «bien construida», es completamente «correcta» y va en línea con la legislación de otros países europeos. Estos comentarios le han enemistado aún más con ese ala dura del Partido Popular que consideran que esta ley no está bien llevada y no respeta los derechos de los no natos.

Lo cierto es que fuentes de Génova tienen claro que esta decisión tomada por el líder del PP, meditada en el grupo de Whatsapp del clan gallego, está motivada por el escándalo que se formó en Castilla y León a raíz de que Juan García-Gallardo, vicepresidente de la Junta, intentara obligar a las mujeres que quisieran interrumpir el embarazo a escuchar el latido del corazón de los bebés. Esta polémica estalló en los medios con tanta virulencia que Feijoo no ha querido comprar el relato de provida de Vox, pero tiene un precio a nivel interno dado que son muchos los que cada vez se sienten más desencantados con la línea política que sigue el líder del Partido Popular.

Ahora mismo, en el PP están absolutamente plegados a lo que diga el clan gallego, pero esa falta de capilaridad empieza a pesar sobre el liderazgo de Alberto Núñez Feijoo. Fuentes de Génova insisten en que ese giro moderado no es lo único que tiene irritada a la vieja guardia. Tanto es así, que ya empieza a filtrarse el hartazgo de más de uno por el hecho de que ser gallego sea un galón para tener más derechos en el partido. En cualquier caso, Feijoo siempre ha apostado por un giro moderado y por no pactar con Vox. Si antes lo tenía difícil con el ala dura de la formación, ahora que se ha posicionado con la ley del aborto ha conseguido enfrentarse con el ala más católica de la formación, que no es poca y no le falta poder alguno.

El entonces coordinador de Justicia y Libertades Públicas del PP, Federico Trillo, lanzó en 2010 una serie de declaraciones a las puertas del Tribunal Constitucional, donde denunció que la nueva ley del aborto «deja totalmente desprotegido al no nacido frente a los derechos de la madre». Quien también estuvo en este embrollo fue la expresidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, quien insistió en que, en calidad de coordinadora de Participación Social del PP, «por supuesto» que el partido derogaría la ley si gobernara. Pero Feijoo ya les ha dicho que de eso nada.

Estas palabras pasarán factura a un líder que solo está atrincherado por las buenas encuestas, pero que a nivel interno empieza a sufrir las mismas consecuencias que sufrió Pablo Casado por no saber cómo manejar las diferentes sensibilidades políticas y religiosas dentro del Partido Popular.