Ione Belarra te prepara para otra chapuza legislativa: «le ley de viviendas no es perfecta»

Desde Podemos no se cansan de promover iniciativas legislativas chapuza, pero al menos ahora su líder, la ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra al menos se ha tomado la molestia para avisarle a todo el país que su propuesta de ley de vivienda viene ya con defectos, pero que aun así, es necesario que se apruebe.

La ministra podemita parece que prepara a sus seguidores para lo que podría suponer una nueva ley, a propósito de todos los escándalos que han surgido a consecuencia de la entrada en vigencia de la Ley del solo sí es sí, que ha beneficiado a más de 500 agresores sexuales con reducción de sus penas o con medidas de libertad, a pesar de que antes de su aprobación y su entrada en vigencia desde el Consejo General del Poder Judicial habían hecho las advertencias sobre las consecuencias de este texto legal.

Aunque la chapuza de la Ley del solo sí es sí no es idea de Belarra, sino de la ministra de Igualdad, Irene Montero, a la ministra de Asuntos Sociales la tienen en la mira tras la aprobación de la Ley de bienestar animal, que también está dejando mucho qué desear, desde el punto de vista de su contenido y de su aplicación.

Pero en conjunto, entre los otros fiascos legislativos de la tolda morada, se les cuenta la Ley trans que apenas comienza a dejar secuelas y que ya antes de su aprobación, expertos psicólogos y psiquiatras hablaron sobre las consecuencias que podría suponer para las nuevas generaciones.

«La ley de vivienda no es perfecta, pero lo que con seguridad no arregla nada es que siga bloqueada en el Congreso por el socio mayoritario. Necesitamos una ley que regule de manera efectiva los alquileres en las zonas tensionadas y un amplio parque de vivienda social. Es urgente», escribió la ministra Ione Belarra en su cuenta de twitter, haciendo referencia al texto legal.

Esto ha sido parte del discurso de los líderes de Podemos durante los últimos cuatro años, desde que se presentó esta iniciativa legislativa que ha dormido el sueño de los justos en el Congreso de los Diputados, sin que se le haya dado ninguna prioridad, justo hasta este momento en el que la tolda morada ve llegar la recta final del Gobierno de Pedro Sánchez y toda la influencia que tienen dentro del Ejecutivo, que les ha permitido presionar para sacar adelante otras leyes como la del solo sí es sí o la ley trans.

Con el inicio de este año se reactivó la conversación en torno a la ley de viviendas, porque Podemos presionó para que se hablara sobre ponerle un tope a los precios de los alquileres, así como el número de propiedades máximo de los que se puede beneficiar un tenedor de propiedades, pero aún así, esto no le ha servido a el partido liderado por Ione Belarra para que desde el PSOE le den luz verde a la iniciativa.

Sin embargo, la situación en España comienza a ser ya alarmante en relación con los precios de los alquileres y la poca oferta que hay, al punto de que organizaciones como Amnistía Internacional han impulsado iniciativas para solicitar a las autoridades que la situación se debata y se le dé celeridad a la aprobación de la ley que impulsa Podemos, debido a la difícil situación de muchas personas cuyos ingresos se diluyen justamente en el pago de la vivienda.

Sin embargo, estas palabras escritas por la ministra Ione Belarra dan cuenta de que a lo mejor sería más apropiado trabajar un poco más para poder elaborar una ley que de verdad vaya a ser efectiva y no ocurra lo mismo que ha ocurrido con las demás iniciativas legales que han impulsado desde la tolda morada, que han terminado siendo fiascos con consecuencias indeseables para la sociedad española.

Entre las advertencias que se han hechos en relación con esta propuesta legislativa está justamente la protección de los okupas ante la ley y la desprotección de los propietarios frente a esta situación, lo que evidentemente podría generar más problemas que soluciones, como todas las demás leyes que han impulsado desde Podemos y que a la larga han terminado siendo iniciativas que solo producen estruendo, sin que al final se conviertan en soluciones reales a los problemas de los españoles, basadas en prohibiciones, restricciones o beneficios para quienes ocasionan el problema.