La manera más sabrosa (y sana) de cocinar las patatas fritas

Pocos sabríamos vivir sin patatas, aunque es un tubérculo que no llegó a Europa hasta 1560. Sin embargo, hoy día se nos hace inimaginable no contar con este recurso culinario, tan rico y versátil en cualquier plato. La patata nos encanta de todas las maneras posibles y se puede cocinar de mil formas diferentes: al vapor, cocidas, asadas, en guiso, fritas, a la parrilla… Y además pueden servir de acompañamiento para cualquier preparación. Pero también conviene procurar prepararlas de forma saludable para no restarles valor nutricional y para que no se conviertan en un plato excesivamente calórico.

ESPECIALMENTE RICA EN POTASIO

hasselback Moncloa

Muchos expertos dietistas-nutricionistas recalcan que se puede incluir patatas en nuestro menú de manera diaria, ya que cuenta con unos valores nutricionales muy interesantes. Es un tubérculo (ni una hortaliza, ni una verdura), y aporta hidratos de carbono complejos, y vitaminas y minerales como vitamina C, B, ácido fólico, potasio, magnesio y hierro. Incluso se pueden consumir con piel, adecuadamente lavadas, para aprovechar al máximo la fibra. En cualquier caso se recomienda cocinarlas con piel porque al pelarlas se pierden parte de los nutrientes.