Félix Bolaños se ha convertido en uno de los claros apoyos del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en los últimos meses de legislatura antes de las elecciones generales. Un papel en el que el ministro de Presidencia parece sentirse muy cómodo, controlando incluso temáticas que no parecen ser de su competencia dentro del Ejecutivo nacional. Una posición de fuerza en la que Bolaños también parece querer defender el «discurso» de Pedro Sánchez de ahorro energético, incluso dentro de las propias instituciones públicas; un ahorro que, sin embargo, costará cerca de 30.000 euros a las arcas públicas.
Pocos meses quedan para que los españoles vuelvan a enfrentarse a su democrático deber y derecho ante las urnas. Una carrera por mantener la presidencia del país que ha hecho que Pedro Sánchez no sólo apueste por reforzar sus conexiones internacionales, sino también reforzar su discurso dentro del país. Una misión para la que el presidente socialista parece contar cada vez más con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que parece haberse convertido en el nuevo «hombre de confianza» de Pedro Sánchez.
Misión que Félix Bolaños parece haber aceptado como propia, cuidado de discursos tan relevantes actualmente para el Ejecutivo nacional como es el cuidado del gasto energético, y la apuesta por el ahorro energético, tanto dentro de los hogares españoles, como en las administraciones públicas. Eso sí, aparentemente, sin que ello parezca afectar al uso energético de Pedro Sánchez en transportes como el Falcon, poco comprometido con esta misión que, sin embargo, sí parece haber puesto sobre la mesa a otras instituciones como Patrimonio Nacional.
Así pues, desde el Ministerio de la Presidencia dirigido por Félix Bolaños, se ha lanzado un contrato, de cerca de 30.000 euros, para el «control, seguimiento y supervisión de la facturación de energía eléctrica de Patrimonio Nacional».
«El objeto del contrato consiste en la realización de los trabajos de asistencia técnica y asesoramiento necesarios para la supervisión y control de la facturación eléctrica de los contratos de suministro que las Delegaciones de Patrimonio Nacional, los reales Patronatos y la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos tienen suscritos» destacan los documentos oficiales.
Documentos que, así mismo, detallan dos tipos de labores para la empresa adjudicataria: por un lado, la «supervisión y control de la facturación eléctrica, con la finalidad de verificar que las facturas son correctas», y una segunda función que, entre otros, contempla un servicio extraordinario de «análisis de los puntos de suministro eléctrico» o «realización de trámites y asistencia al cliente ante las compañías suministradoras». Controles que supondrán un gasto público de cerca de 30.000 euros por parte del Ministerio de Presidencia, que no parece considerar a las entidades incluidas en el contrato como suficientemente autónomas para este tipo de gestiones y trámites sencillos.
FÉLIX BOLAÑOS «ACAPARA» COMPETENCIAS DENTRO DEL GOBIERNO
Sin embargo, el control de las facturas eléctricas parece no ser la única «preocupación» de Félix Bolaños. Y es que, visiblemente cómodo en su nuevo papel como hombre de confianza de Pedro Sánchez, el ministro de Presidencia parece no tener problema en acaparar el discurso del Ejecutivo nacional. Tanto, que en ocasiones parece absorber incluso competencias que corresponden a otros departamentos del Gobierno.
Algo que se ha podido comprobar de nuevo este fin de semana, cuando Félix Bolaños decidía participar en un acto político en Cudillero, Asturias, en el que no sólo se convertía en la voz crítica del PSOE contra el líder de la oposición, Alberto Núñez-Feijóo, sino en el que también decidía acaparar los focos en temas de otros ministerios, como es el empleo, las pensiones, o la economía nacional.
Así pues, el ministro de la Presidencia aseguraba ante los medios de comunicación que, gracias al esfuerzo del Gobierno nacional, las cifras económicas en términos de empleo y pensiones «son positivas. «Estamos creando más y mejor empleo» ha destacado Félix Bolaños, absorbiendo tareas que corresponden a otros ministros como José Luis Escrivá o Yolanda Díaz. Palabras que incorporaba en una visita a las zonas más afectadas por los incendios forestales en Valdés, a pesar de ser una competencia prácticamente directa de Teresa Ribera y su Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Absorción de tareas a las que Félix Bolaños, en la misma intervención, no ha dudado en posicionarse como el claro objetivo de los partidos de la oposición, y especialmente el Partido Popular, a los que ha criticado que dejen de «refunfuñar» y se armen de «paciencia» porque a los españoles «les va a ir mucho mejor en 2023, por mucho que se queje la derecha en el país».
Palabras que, sin duda, no sólo demuestran la fortaleza de Félix Bolaños dentro del Ejecutivo que, a pesar de contar con 22 ministerios, parece contar con el ministro de Presidencia como «portavoz» polivalente, sino que también parecen demostrar que el propio Bolaños cuenta con ganarse la confianza del secretario general de los socialistas a pocos meses de las elecciones generales, «asegurándose» así un futuro en la formación a pesar del resultado que ofrezcan las urnas.