La Guardia Civil dejará los barcos de segunda mano después de 4 años de espera

Mercedes González ha llegado a la Dirección General de la Guardia Civil para solucionar los asuntos pendientes. Tras llegar a su cargo hace menos de mes, ha conseguido sacar adelante el proyecto marítimo que llevaba esperando más de cuatro años. Hoy, después de tanto tiempo, ha sido publicada la adjudicación oficial para la construcción del esperado buque oceánico multipropósito por el valor final de 35 millones de euros. Este navío es una apuesta aprobada desde el Gobierno con la que pretenden, no solo hacer una renovación de la flota actual, sino conseguir cubrir las necesidades que tiene actualmente el Servicio Marítimo de la Guardia Civil.

Durante todo este tiempo, el barco que ha cubierto las funciones del esperado buque es un navío de segunda mano bautizado como “Rio Miño” y que realmente es un antiguo pesquero japonés construido en 1984 y remodelado por astilleros españoles para que cumpliera los objetivos de la Guardia Civil en el territorio marítimo español. Fue adquirido tras la oleada de cayucos y pateras que intentaron entrar en las Islas Canarias entre el 2006 y el 2007, y desde entonces ha sido empleado principalmente para la localización y ayuda de las embarcaciones cargadas de personas inmigrantes.

Sin embargo, con él no pueden cubrir las funciones que tiene el Servicio Marítimo de la Guardia Civil en el mar. Además del trabajo que hacen con la inmigración ilegal, la Benemérita marina y su flota tiene que patrullar en el mar territorial, zona contigua y aguas internacionales para la represión del contrabando y la vigilancia del cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales en la mar. La cuestión es que el “Rio Miño” nunca ha estado acondicionado para las funciones de salvamento, no alcanza la velocidad necesaria y los servicios policiales consideran que ya «ha alcanzado su ciclo de vida útil».

Después de diversas inversiones en reparaciones y de repetidas solicitudes por parte de la Jefatura de la Guardia Civil, el Consejo de Europa también tomó parte en el asunto y presionó al Gobierno Central «a actuar de una vez ante los problemas recurrentes de los actuales buques oceánicos de la Guardia Civil», según publica José María Navarro en Defensa.com. Así, en 2019 se aprobaba la licitación que preveía tener listo el nuevo buque para 2021. Fechas que, obviamente, han vencido y el buque sigue sin estar construido.

Finalmente, El Congreso de los Diputados aprobó el presupuesto final en octubre de 2022, autorizando a la Guardia Civil a invertir 35 millones de euros en la construcción del nuevo buque que promete ser el más caro y mejor preparado de toda la flota del Servicio Marítimo. Aun así, el contrato ha ido más despacio de lo esperado, ya que las intenciones eran que comenzara a construirse en enero de 2023, con un tiempo requerido de 27 meses. Sin embargo, no ha sido hasta hoy 20 de abril cuando se ha hecho pública la adjudicación final de este proyecto, del cual se encargará la empresa gallega Astilleros Armon Vigo S.A.

Una de las tantas cuentas pendientes de Marlaska con la Guardia Civil

El Buque oceánico multipropósito no es el único tema pendiente que tiene el Gobierno actual con la Guardia Civil. El colectivo de policías ha denunciado en repetidas ocasiones carencias en sus condiciones laborales y las de material que necesitan para realizar correctamente su servicio. Desde Moncloa.com publicamos también el caso de guardias civiles que tenían que dormir en el coche patrulla y en condiciones de precariedad por su escaso sueldo; o el caso de los nuevos agentes que debían comprarse de su propio bolsillo los uniformes, ya que la María Gámez, la antigua Directora General de la Benemérita, no les facilitaba la ropa reglamentaria y necesaria para cubrir el servicio.

Se trata de un colectivo que ha tenido grandes tensiones tanto con su antigua Directora como con el Ministerio del Interior, por lo que finalmente el 4 de abril Mercedes González, antigua Delegada del Gobierno en Madrid, en lugar de presentarse como candidata al Ayuntamiento de la capital, fue redirigida por Pedro Sánchez a la Dirección de la Guardia Civil para así calmar las tensiones internas existentes.

La llegada de la resolución del esperado buque del Servicio marítimo ha coincidido con las nuevas medidas que tomó la nueva Directora de ampliar la plantilla de guardia civiles de Tráfico, ayudando así a destensar la situación interna y a cubrir las necesidades de servicio que los agentes requieren para realizar debidamente su trabajo.