El viceconsejero de Transportes, Carlos Díaz-Pache, quiere ocupar el espacio que dejará David Pérez en la Comunidad de Madrid. En Sol están obsesionados con cambiar caras, con renovar los perfiles de la Comunidad de Madrid y con sacar a algunos dirigentes del PP después de las elecciones. Sobre si habrá o no mayoría absoluta hay dudas, pero no sobre si gobernará Isabel Díaz Ayuso de nuevo. Con esta realidad, hay algunos populares que ya se mueven a nivel interno para buscar galones. Y Carlos Díaz-Pache es uno de los que más se está dejando ver para ocupar el espacio que dejará libre el todavía consejero de Transportes, David Pérez, quien se marcha a las listas del Ayuntamiento de Madrid. Es de destacar el salto que ha dado Carlos Díaz-Pache, de community manager de la expresidenta Cristina Cifuentes (mano a mano con Ana Milán, la alcaldesa imputada) a aspirar a una consejería.
Carlos Díaz-Pache lleva muchos años en la Comunidad de Madrid. De hecho, muy lejos queda esa experiencia en Everis (allá por 2006). Prácticamente toda la vida laboral del viceconsejero de Transportes ha estado ligada a la Comunidad de Madrid. Tiene más experiencia en esta administración que la propia presidenta Isabel Díaz Ayuso. Ha sido responsable de comunicación, asesor del consejero de Presidencia, Justicia e Interior, asesor del consejero de Asuntos Sociales, director general de Cooperación con el Estado y la Unión Europea y algunos cargos más todos dependientes de la Comunidad de Madrid. Esto durante sus doce años (es decir, tres legislaturas) de carrera política. Y ahora cree que ha llegado su momento ante la debilidad política de David Pérez, quien se mantuvo leal a Pablo Casado y ahora ha salido de la Comunidad de Madrid por la puerta de atrás.
Carlos Díaz-Pache es un viejo conocido de Sol, pero no es visto como alguien desleal, al menos de momento. Durante la guerra del PP pasó desapercibido y ahora cree que puede alcanzar uno de sus deseados cargos llegando a consejero de Transportes. Su estrategia es simple: primero, mantener y guardar silencio mediático; segundo, moverse poco a poco entre bambalinas en Sol para ver si pueden hablar bien de él a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Esta legislatura es más «emocionante» por la cantidad de vacantes que quedarán y sobretodo porque Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta, tiene algo menos de influencia sobre las decisiones que se vayan a tomar. Y en este contexto, Ayuso busca gente leal que no haya dado demasiados problemas políticos; un perfil en el que Díaz-Pache cree que encaja.
CARLOS DÍAZ-PACHE, EL ASPIRANTE
La ventaja que Díaz-Pache tiene respecto a otros es que es un perfil absolutamente desconocido a nivel político, algo que seduce a la presidenta dado que no quiere caras conocidas para los puestos en las consejerías. Transportes es una de las más importantes de la Comunidad de Madrid y Díaz-Pache ya demostró que gozaba de la confianza de la presidenta cuando le permitieron llegar a viceconsejero de Transportes desde el mismo momento en el que ganaron las elecciones de la Comunidad de Madrid en 2021. Hasta ese momento había estado como director general de Cooperación con el Estado y la Unión Europea, pero vio el cielo abierto al recibir el encargo de ser viceconsejero de Transportes. Su actual posición ante la salida de David Pérez es buena dado que fuentes de Sol aseguran que Ayuso pretende tirar de viceconsejeros para cubrir las vacantes que queden.
Sin embargo, lo que las fuentes aseguran es que el gran mérito de Carlos Díaz-Pache no es otro que haber sido capaz de mantener una buena relación con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Ya se dejó ver cuando ascendió de director general a viceconsejero. Pero ahora es el momento de la verdad donde Díaz-Pache pretende echar el resto y ver si puede llegar a una consejería tan relevante en la Comunidad de Madrid como es la de Transportes. Una vez dentro, tendrá, siempre que llegue, titánicas tareas por delante como puede ser echar a Miguel Oliver, jefe de marketing de Metro. La única crítica que hay a nivel interno es que a nivel ideológico «casa» más con Vox que con el propio Partido Popular. Pero poco le importa a Díaz-Pache.