El calvario de los profesionales extranjeros para homologar sus títulos en España se ha traducido en que, al menos para el gremio de los odontólogos, el trámite de homologación puede tardar hasta siete años, de acuerdo con un estudio independiente elaborado por el Centro de Estudios Sobre la Migración y el Racismo Institucional que recoge los datos de un grupo de migrantes provenientes de 14 países que llevan años intentando convalidar sus estudios en el país, para poder ejercer sus carreras.
De acuerdo con los datos del informe, el tiempo promedio que está tardando el proceso de homologación de los títulos de odontólogos es de 5 años, pues de la muestra recabada, el 30,14% de los expedientes fueron introducidos en 2018, mientras que el 21,92% de los casos corresponden a expedientes que comenzaron a ser tramitados en 2017. y el 14,21% son de expedientes de ingresados en 2016 y 2019, y se trata de casos que todavía están a la espera de que las autoridades españolas ofrezcan una solución.
La situación con los odontólogos extranjeros que han intentado homologar sus títulos universitarios en España no es exclusivo de esta profesión, pues en la lista de víctimas del Ministerio de Universidades también se encuentran los psicólogos y médicos que llevan la misma lucha, pero con aspectos diferentes, pues en el caso de estos profesionales se han encontrado con un racismo institucional y la presión de los gremios de odontólogos regionales que han presionado para que se retrasen las homologaciones, bajo la premisa de que en el país ya hay demasiados odontólogos.
De acuerdo con las leyes españolas, este proceso de homologación no debería superar los seis meses, pero la realidad es que entre la burocracia y lo que el gremio denuncia como racismo institucional, los procesos de convalidación y homologación de los títulos universitarios de extranjeros no salen del organismo antes de los cuatro años. Entre las causas que revela el informe señalan las demoras injustificadas en el análisis previo a la elaboración de la resolución de la homologación, pero el aspecto más grave es la imposibilidad de acceder a las instancias formativas o de evaluación para cumplir con los requisitos exigidos, desde el punto de vista académico, para cumplir con la homologación.
A esto se le suma que además de estos problemas, a la mitad de la muestra le solicitaron presentar en más de una oportunidad los documentos de sus expedientes o el pago de la tasa para que la institución procediera a tramitar la homologación y que al final el resultado es que quienes lograron convalidar sus estudios (89% de la muestra), se les otorgó una homologación condicionada, es decir que debían someterse a algún tipo de evaluación para demostrar sus habilidades en determinadas áreas de la carrera de odontología.
El informe elaborado por la organización de migrantes también señala que 49% de la muestra analizada se trata de odontólogos que cuentan con la carrera y estudios de postgrado, mientras que el 17% de los odontólogos tenían por lo menos un máster y el 1,37% tenía doctorado a la hora de intentar hacer su proceso de homologación, por lo que es allí donde juega un papel determinante la xenofobia institucional, pues consideran que las autoridades españolas no valoran apropiadamente la formación de los profesionales extracomunitarios por su origen.
En relación con las especificaciones de las autoridades de la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación (ANECA), que es el ente encargado de señalarle a los solicitantes de homologaciones las materias que deben cursar, se presenta el caso de que a personas que cursaron la carrera en la misma universidad, en la misma época, les dicen que deben cursar asignaturas diferentes.
El informe está lleno de detalles que dejan al descubierto la realidad de todo el calvario que deben atravesar los profesionales extranjeros que llegan al país con la intención de ejercer sus carreras de manera legal.
Toda esta situación ha sido denunciada en reiteradas oportunidades ante la Defensoría del Pueblo, lo que ha ocasionado que el organismo mencione en sus informes y señale al Ministerio de Universidades como una entidad no colaboradora en cuanto al proceso de homologación de los profesionales migrantes.
Este informe detalla todas las trabas impuestas desde el despacho del ministro Albert Subirats para todos aquello profesionales a los que les han dado la alternativa de tener una homologación condicionada, que van desde la falta de convocatorias para que presenten los exámenes necesarios, los costos de estas pruebas en las universidades privadas, los lapsos de presentación de los requisitos, las pocas plazas para la presentación de las pruebas, así como la falta de bibliografía para prepararse para la presentación de los exámenes.
Todo ello es solo parte de la situación recogida en el informe que además muestra un panorama desolador de la realidad de estos profesionales, pues mientras este proceso de homologación se alarga durante años, más del 60% de los consultados asegura que no ve posible que llegue a conseguir un empleo relacionado con la carrera que estudiaron y casi 30% de ellos trabaja en otras áreas que nada tiene que ver con lo que estudiaron.
Pero además, deja en evidencia otro problema y es la contratación de los profesionales de la odontología como auxiliares, que es la figura que utilizan en muchas clínicas privadas para poder emplearlos, pero con salarios que van muy por debajo de lo que debería cobrar un profesional, cuando el trabajo que desempeñan es justamente el de la carrera que estudiaron.
Para estos profesionales extranjeros lo importante es que desde las instituciones del Estado español se haga un balance de la situación, con miras a que se busquen soluciones que ayuden a agilizar los procesos y que se adapten a los tiempos que ya están establecidos en la ley.