El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha incidido en que «España no es un país racista», al tiempo que ha remarcado que los insultos recibidos por el futbolista Vinicius han puesto de relieve que «hay un sistema perfectamente diseñado para actuar en estos casos y se está actuando con celeridad».
Así lo ha aseverado Albares en un encuentro en el diario Las Provincias en el que se le ha preguntado, a raíz de los insultos racistas en el partido en Mestalla entre el Valencia y el Real Madrid por los que han sido detenidos tres personas, si cree que España es un país racista.
«Sin duda, no», ha contestado, para añadir: «España es un país tolerante, la inmensa mayoría de la sociedad española es tolerante y antirracista. Durante muchos años ha sido país de emigración y acoge con naturalidad a quien llega aquí».
«Las actitudes racistas –ha proseguido– son siempre despreciables por lo que conllevan de repugnante. El racismo ataca a la dignidad del ser humano, aquello en lo que todos somos iguales y sobre todo chocan con los valores más profundos de la sociedad española y del deporte».
«Lo que se ha puesto de relieve es que la sociedad española rechaza masivamente cualquier actitud racista y hay un sistema perfectamente diseñado para actuar en estos casos y está actuando con celeridad», ha defendido en sus declaraciones.
«Contra el racismo la tolerancia debe de ser cero, los valores de la sociedad española están claramente alineados en ese sentido y hemos podido ver que se tienen los medios para luchar contra el racismo y se está haciendo con mucha rapidez y eficacia», ha concluido.
