El Banco de España da la puntilla a Calviño en una ‘semana horribilis’

La economía ha jugado una mala pasada a Nadia Calviño. La vicepresidenta primera, ministra de Economía y portavoz del PSOE en estas lides, pese a no estar ni afiliada ni estar en las listas de las elecciones generales del 23 de julio, se derrumba en los prolegómenos de la campaña electoral. Calviño trata de retorcer los datos económicos, cuando no da ni los buenos ni los oficiales, para vender al empresario como el malo de la película y de la pesadilla que viven miles de familias por las subidas de precio y de las cuotas hipotecarias.

No obstante, tanto el Banco de España como los propios empresarios se han encargado de desmentir las afirmaciones de Nadia Calviño rápidamente. La vicepresidenta del Gobierno, a través del Observatorio de Márgenes empresariales, un chiringuito creado el pasado mes de abril para argumentar las subidas de impuestos y la creación de otros nuevos, como el de las grandes fortunas y el gravamen especial a la banca y eléctricas, aseguró que los beneficios empresariales se habían disparado por el aumento de los márgenes. Todo ello bajo la supervisión del Banco de España, presente en ese mismo organismo.

La ministra estigmatiza a quien está moviendo aún la economía

No obstante, para llegar a esa conclusión, el Observatorio ocultó uno de los indicadores más importantes elaborados precisamente por el Banco de España, como es el promedio de beneficios de las empresas españolas. Según la última estadística, la institución muestra que las ganancias empresariales medidas como margen de explotación se sitúan diez puntos por debajo de las cifras de 2019, y todo ello con un récord de recaudación fiscal. De esta forma, el argumento de Calviño y del PSOE sobre la buena marcha de la economía cae por su propio peso.

LAS EMPRESAS NO GANAN MÁS, MIENTRAS LA AGENCIA TRIBUTARIA LOGRA UNA RECAUDACIÓN RÉCORD

Ni las empresas ganan más ni tampoco la recaudación se eleva por estos beneficios, sino por el efecto artificial de la propia inflación, motivo por el que el Ministerio de Hacienda se ha negado a deflactar el IRPF, es decir, reducir la inflación de la carga fiscal para familias y hogares. Un efecto que se verá más pronto que tarde una vez comiencen a caer los precios, aunque este escenario aún no se ha activado.

Estos datos del Banco de España desmontan por completo las tesis de Calviño y del propio PSOE, que insisten en culpar a los empresarios de aprovechar la inflación para llenarse los bolsillos, una teoría sin fundamento compartida por Unidas Podemos y Sumar.

Para el Ejecutivo, este cálculo del margen de las ventas muestra como sectores como la hostelería y restauración, las energéticas y la distribución habrían incrementado sus márgenes y con ellos sus beneficios. No obstante, aumentar la ganancia por venta no quiere decir ni mucho menos que exista un mayor beneficio.

EL PIB DE ESPAÑA RETRASA SU RECUPERACIÓN CON CALVIÑO Y EL PSOE

Para el Gobierno, las empresas se han recuperado del shock de la pandemia, mientras que el PIB de España ha logrado superar los niveles previos a la crisis sanitaria este pasado trimestre, un fuerte retraso respecto a los países europeos, donde todas las economías han perforado las cotas de 20219.

La ministra de Economía y vicepresidenta, Nadia Calviño, anuncia el acuerdo del taxi contra Cabify
La ministra de Economía y vicepresidenta, Nadia Calviño, anuncia el acuerdo del taxi contra Cabify

El estudio del Gobierno, además, no tiene en cuenta ni a los autónomos ni tampoco a determinadas empresas, un sesgo que dada la valía del Observatorio tampoco parece que sea por descuido. De hecho, se ha dejado fuera a la banca, inmersa en una fuerte polémica por el Gobierno por dos motivos. El primero de ellos, por la no remuneración de los depósitos a tasas similares al precio oficial del euro; mientras que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, busca dar el hachazo con las hipotecas a costa de la propia banca y otras empresas del sector inmobiliario.

Todo porque «hay alguien aquí que se está forrando». No obstante, ni Díaz ni Calviño, ni tampoco la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, miran hacia la Agencia Tributaria y su récord de recaudación en plena era de inflación galopante y desbocada.

Ahora, tampoco las empresas alimentarias, a tenor de las propias cifras del observatorio, están engordando los bolsillos debido a la bajada de beneficios en el sector. Y es que, a mayor precio, menor es el consumo. Por más altos que sean los márgenes, si la demanda se frena, como está pasando, obliga a las empresas a asumir parte de los costes y dejar de trasladarlos al consumidor final, como sí se ha hecho desde el pasado año.

LOS EMPRESARIOS AFEAN LOS DATOS A CALVIÑO

Los propios empresarios, con Cepyme al frente, han salido al paso de las conclusiones del observatorio creado por Calviño. «La ministra estigmatiza a quien está moviendo aún la economía», señalan fuentes empresariales a este medio. Asimismo, rechazan las conclusiones del propio informe ya que no se muestra ni se representa el beneficio final.

Y es que, además de los márgenes, existen otras partidas que cercenan las ganancias, como los gastos de inversión y las amortizaciones, así como unos costes financieros disparados por las sucesivas del precio del euro por parte del Banco Central Europeo. Asimismo, el informe solo se centra en el estudio de 1.000 empresas grandes, sin tener en cuenta al 99% del tejido empresarial del país, como son las pymes.

Este no es el único rejón recibido por Calviño. Antes culpó al Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo de los recortes que vendrán si gobiernan los ‘populares’, como pasó en 2012 con Mariano Rajoy. No obstante, estos recortes se hicieron ante una situación crítica dejada por los propios socialistas al haberse desviado de los objetivos de déficit y deuda.

En este 2023, el PSOE deja la deuda en niveles récord y con un déficit desbocado. Si Feijóo hiciera como Rajoy, una auditoría y levantar las alfombras, todas ellas, quizá Calviño tendría que hacer el avestruz para que no se viera una cara roja de vergüenza y tener que pasar de nuevo por una ‘semana horribilis’, pero ésta desde la oposición.