EspaiCiU-PDeCat pone la línea roja a Alberto Núñez Feijóo para darle su apoyo a la hora de votar la investidura. Los nacionalistas liderados por Roger Montañola buscarán ser una alternativa catalanista y moderada en la formación de un nuevo Gobierno tras las elecciones del 23 de junio. Lo harán a cara descubierta, sin medias tintas, con los dos pies en la tierra, pero con la ambición por bandera.
«Con Vox no habrá apoyo a Feijóo», han advertido. Es la única condición que exigen la coalición nacionalista para que el candidato del PP llegue a La Moncloa. La honestidad de EspaiCiU-PDeCat es una de sus señas de bandera y se acercarán al PP «sólo en el caso de que no llegar a un acuerdo con Vox». De esta forma, si los de Montañola fueran decisivos para construir una alternativa a un Gobierno de coalición entre PP y Vox harán lo posible para que así sea.
EspaiCiU-PDeCat y los ‘populares’ luchan por la misma parte del electorado
La formación no es nueva en estas lides y los sucesivos Gobiernos de José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se han apoyado en esta formación para poder no sólo tener atada la investidura, sino también las leyes y los Presupuestos. EspaiCiU-PDeCat, eso sí, exigirá compromisos de calado por su respaldo.
MONTAÑOLA RECHAZARÁ A FEIJÓO SI PACTA CON VOX
Para los de Montañola, hay varios escenarios posibles tras las elecciones. Que el PP gobierne con Vox, con mayoría absoluta entre ambos; o bien la suma de varios partidos que den el campanazo y dejen a Vox en la oposición a los ‘populares‘. No obstante, otorgan una menor probabilidad a una remontada del PSOE, que sólo ganaría en el caso de un fuerte traspiés de los ‘azules’ en la campaña electoral o en el cara a cara entre ambos candidatos el próximo lunes.
Los postconvergentes, con las manos de Artur Mas y David Bonvehí entre bambalinas, no esquivarán los debates con Vox. «Habrá respuesta dialéctica desde la política. Su discurso se desmonta por sí solo», destacan las fuentes consultadas.
Asimismo, EspaiCiU-PDeCat tiene el 100% de los derechos electorales de la alianza con Junts. Los de Carles Puigdemont firmaron, con la rúbrica de Jordi Sánchez, la cláusula cuarta del acuerdo, que entregaba dichos derechos a los de Montañola, un sello que ratificó la Junta Electoral Central.
ESPAICIU-PDECAT DARÁ EL HACHAZO A JUNTS
Los irredentos separatistas montaron en cólera y cargaron contra la JEC, acusándola de seguir las directrices del Estado. Sobre el altavoz, la retahíla suena perfecta para los más radicales. Sobre el papel, Junts recibió un gol por toda la escuadra de EspaiCiU-PDeCat.
«Ni maniobras ni subterfugios. Lo firmaron ellos», apuntan las mismas fuentes. Estos derechos son cruciales a la hora de participar en debates públicos, a los que no podría acceder Junts ni en TV3 ni en cualquier otra emisión pública al carecer de representación, tal y como estipula la ley electoral (Loreg).
Con la fuerza visible, como se ha comprobado en las pasadas elecciones municipales ganando con Xavier Trias en Barcelona, EspaiCiU-PDeCat espera obtener el voto huérfano del nacionalismo moderado catalán. De ser así y repetir la exultante victoria, pero sin gobierno municipal, Montañola podría ser de nuevo lo que fue CiU en su día, un partido preocupado por cuestiones que atañen a Cataluña, como el pacto fiscal y la infrafinanciación del Estado, pero clave a la hora de poder gobernar. Eso sí, con la bandera independentista doblada y guardada en otros cajones. «No estamos en eso, ni estaremos», avisan las mismas fuentes.
BARCELONA, LA CRUENTA BATALLA POLÍTICA
Por el momento, con Trias han devuelto la ilusión a los suyos, aunque sea un sabor agridulce. Con esos votantes y quienes se quedaron en casa salen a dar la batalla por un espacio por el que también lucha el PPC.
Ese catalanismo moderado dio en su día grandes alegrías en Barcelona, como los once diputados obtenidos con la primera legislatura de Mariano Rajoy. En aquellas elecciones, CiU lideró Cataluña por primera vez al cosechar 16 diputados, mientras el PSC se hundía a 14 escaños.
Según las encuestas, los ‘populares’ obtendrían siete sólo por Barcelona. El campanazo sería meter a un diputado por cada una de las tres provincias. En ese caso, la mayoría de Feijóo sería una realidad, a expensas de conocer si irá acompañado por más partidos o sólo con Vox.