El jefe de gabinete de Pilar Llop esconde la llave del despacho para que no se reúna con los funcionarios

Las jaulas doradas también existen en política, o por lo menos en el Ministerio de Justicia. El jefe de gabinete de Pilar Llop, Rafael Pérez, continúa con la estrategia de no dejarla salir, ni siquiera a «pasearse» entre los magistrados o por los pasillos de la Administración para entender qué es lo que está pasando en su administración. Después de que prácticamente todas las categorías de su ministerio se hayan puesto en huelga, Pilar Llop ha conseguido que la última, la protagonizada por los funcionarios, se haya suspendido hasta después de las Elecciones Generales sin siquiera haberse reunidos con ellos ni una vez.

Rafael Pérez es el responsable de la agenda de la ministra de Justicia y quien se encarga de que Llop no se haya reunido con el Comité de Huelga de funcionarios, conformado por CSIF, STAJ, CCOO y UGT en ninguna de las cuatro ocasiones en las que lo han solicitado. Estos representantes de 45.000 trabajadores estuvieron a punto de conseguir un encuentro, pero no con la ministra, sino con una figura mediadora. Sin embargo, las palabras «cayeron» en saco roto y estos trabajadores de la administración siguen sin recibir la atención de los altos cargos del ministerio de Justicia.

De hecho, el aislamiento al que Rafael Pérez somete a Pilar Llop ha supuesto que otros representantes del PSOE tengan que «ser sus guardaespaldas» frente a su personal. En este sentido, hasta la desaparecida Carmen Calvo ha tenido que encargarse de dar la cara ante los huelguistas frente a la ausencia de la representante de Justicia. Junto a la antigua mano derecha de Sánchez, los diputados del Congreso y el Senado José Antonio Rodríguez Salas, José Antonio Montilla y Alejandro Zubeldia tuvieron que comprometerse a la materialización de las demandas de los funcionarios, pero tras la conformación del nuevo Gobierno, cuando quizás Llop deje de ser la ministra de Justicia.

Una Pilar Llop «cobarde que huye por la puerta de atrás»

La estrategia del jefe de gabinete de aislar a Llop está teniendo sus consecuencias. Mientras que la ministra hace cortas apariciones y reducidas declaraciones, los problemas de su administración siguen sin solucionarse. La misma semana que Rafael Pérez permitía que Pilar LLop se dejara ver delante de las cámaras para mostrar su plan de robotización de las funciones de los funcionarios, los mismos huelguistas que deberían hacer el trabajo de esos bots se reunían frente al Palacio de la Almudena para que el Gobierno y los representantes de la Presidencia Europea supieran del desentendimiento que sufren por parte del la ministra de Justicia.

Así, aunque los principales sindicatos hayan desconvocado la huelga indefinida que estaba activa desde el 22 de mayo, el Comité de Huelga ha catalogado al ministerio de Justicia de «cobarde» y de «huir por la puerta de atrás». También han añadido que esta decisión de la ministra, o de Rafael Pérez, supone una vulneración de «los derechos fundamentales» y una humillación a sus empleados y empleadas públicas y que niega el derecho a la negociación colectiva».

La tensión en Justicia frente al aislamiento de Pilar Llop

La falta de movimiento y de decisión de Pilar Llop supone el aumento de una tensión en Justicia que ya estaba presente desde que los jueces y magistrados del ministerio iniciaran una huelga frente a la que tampoco se hizo cargo. El hecho de Rafael Pérez sea el intermediario de las citas que pueda tener o no la ministra dificulta cualquier decisión que se necesite ser tomada en la administración de Justicia. Además, según cuentan fuentes del propio ministerio, su técnica para que Llop no se rompa antes de las elecciones ha supuesto no solo aislarla de la prensa, sino también de sus propios asesores.

Es como el cuento de la princesa encerrada en la torre, pero en este caso es el alto cargo de un ministerio que «está en llamas». Mientras que Llop sigue apareciendo para demostrar que ha puesto a IA en el trabajo de los funcionarios, más de 5.000 juicios siguen paralizados, miles de peticiones sin gestionar y una parte de sus trabajadores han decidido hacer caso omiso al parón de la huelga. En lo que «su castillo arde», ella se reúne en la Presidencia Europea bajo el visto bueno de Rafael Pérez. Sin embargo, los huelguistas han escrito una carta al Comisario de Justicia europeo, Didier Reynders, para poner en su conocimiento “la grave situación en la que se encuentra la Administración de Justicia, fruto de la pésima gestión y la falta absoluta de voluntad de negociación».