Sánchez remonta en el último debate a pesar de su «bombazo» de humo

La decisión voluntaria del candidato del PP, Alberto Núñez-Feijoo, de no acudir al debate final no ha sido la único gran ausente de este último encuentro de candidatos previo al 23J. Yolanda Díaz (Sumar), Pedro Sánchez (PSOE) y Santiago Abascal (Vox) se «han enfrentado» en un debate organizado por RTVE en el que el Gobierno actual se ha revalidado, mientras que Vox se ha hecho con el territorio de la derecha como consecuencia del «regalo» del candidato popular. Sin embargo, en este último encuentro también ha destacado la falta del «bombazo informativo» de Sánchez y la diferenciación entre los partidos de la izquierda.

Los tres candidatos que sí acudieron al debate organizado por RTVE, han protagonizado durante una hora y media un encuentro en el que, a pesar de comenzar con «distancia y frialdad» según los comentaristas, el ritmo y la continuidad han aumentado a lo largo de los 90 minutos. En un combate político que ha resultado ser un dos contra uno, Yolanda Díaz solo ha marcado una «línea roja» a un Pedro Sánchez al que le conviene la fusión y ambos representantes se han apoyado en la «no-agresión». A su vez, el aun presidente del Gobierno ha aprovechado la ausencia del candidato popular para revalidar más su pasado que su futuro, mostrando un bloque entre Sumar y PSOE frente a un Santiago Abascal que ha llamado «socio» al Partido Popular.

Aunque el equipo de Núñez-Feijoo ha enviado un comunicado asegurando que seguían de acuerdo con la decisión de no haber acudido al debate, el Partido Popular ha faltado a la cita de los candidatos por «vergüenza de que le vean con Abascal», según ha afirmado el presidente del Gobierno a mitad del encuentro. Sin embargo, más allá de la intriga que ha podido ser creada por fuentes del PSOE a medios como Voz Pópuli o El Periódico, Pedro Sánchez no dio ningún «bomba atómica» sobre Feijoo y solo hizo insinuaciones sobre el motivo por el que su principal contrincante no quería asistir al encuentro.

Yolanda Díaz busca la tercera posición mientras protagoniza su propio «cara a cara» con Abascal

En el anterior debate a siete, tanto la representante de Sumar como el de Vox tuvieron enfrentamientos directos, sabiendo que entre ambos se disputa la tercera posición seguida al bipartidismo. Por eso, Yolanda Díaz ha repetido la estrategia del anterior encuentro y ha vapuleado a Abascal durante todo el debate citando el programa del partido verde, apelándole a que pidiera perdón o sacando incluso su propio «bomba atómica» con la foto de unos candidatos de Vox «riéndose durante un minuto de silencio de una víctima de violencia machista».

Así, entre los golpes arremetidos hacia la derecha y la búsqueda de validación hacia la izquierda, Yolanda Díaz ha tenido espacio para hablar de su proyecto político como «alternativa» a las dos grandes fuerzas. La aun ministra de Trabajo ha ido en busca del voto indeciso de los jóvenes y ha planteado tantas propuestas, como datos contra Santiago Abascal. Ha contrapuesto «el negacionismo» de Vox, planteado por Sánchez en el debate, frente a su proyecto de economía climática basada en la «industrialización verde» y de «justicia fiscal». Sin embargo, más allá de la «línea roja» que ha marcado Díaz a Sánchez con la subida de la edad de jubilación, la candidata de Sumar no ha destacado ningún reproche ni ninguna diferenciación directa con el que pretende seguir siendo su socio de Gobierno.

Sánchez deja las propuestas para Yolanda Díaz y se centra en su perfil de presidente «europeo»

El «cara a cara» contra Núñez-Feijoo ha ayudado a Sánchez en este debate. Teniendo en cuenta la ausencia de su principal adversario y los datos que este no ha podido defender, el candidato del PSOE ha tenido su oportunidad de validad los cuatro años en los que ha Gobernado. A base de contexto, Pedro Sánchez ha mirado a cámara, se ha dirigido a los españoles y ha defendido su trabajo en la Moncloa mientras desmentía parte del discurso del Partido Popular. Con el símbolo de la Agenda 2030 a modo de insignia, un tranquilo Sánchez ha planteado un escenario pasado, mientras se ha apoyado en Díaz para hablar del futuro.

Así, la concordancia entre ambas posiciones del bloque «progresista», ha dejado entre ver su coordinación a la hora de plantear un proyecto de Gobierno sin confrontaciones, frente a un bloque de la «derecha» ausente, que no se acepta a sí mismo y defendido por un único representante de los dos partidos a los que las encuestas les daban la victoria antes de este debate a tres.