Salvador Illa impone el pacto del Tinell en el PSOE para crear un cordón antidemocrático al PP de Alberto Núñez Feijóo. El líder socialista catalán reedita la estrategia llevada a cabo por el PSC en Cataluña con los pactos con ERC e ICV –integrado ahora en Unidas Podemos-. Este pacto sellado en la coalición independentista y socialista estipulaba un cordón sanitario al PP de Cataluña, que sólo podría gobernar en cualquier institución con mayoría absoluta.
Ejemplo de ello, han sido la moción de censura en el Ayuntamiento de Badalona en 2021, cuando el PSC apoyó una moción de censura contra Xavier García-Albiol. Dos años después, el líder del PPC en Badalona ha obtenido votos de socialistas e independentistas para alcanzar la mayoría absoluta.
Los progresistas alientan una marginalidad política a la «derecha y extrema derecha» tras conseguir unir a PNV y Bildu –antagónicos en economía– y lograr mantener a los comunistas de Sumar y a los separatistas de ERC. De hecho, los socialistas catalanes están construyendo el relato dentro del PSOE difundiendo el peligro de Vox y el freno a la derecha.
El discurso de Pedro y el lobo cala por el apoyo de los principales altavoces socialistas, con una lluvia torrencial de mensajes contra Vox y ahora contra el PP por los pactos autonómicos en los Ayuntamientos, mientras pasan completamente desapercibidos los acuerdos con los separatistas.
SÁNCHEZ HARÁ EL CORDÓN SANITARIO A 11 MILLONES DE VOTANTES
El PP, lejos de dar la batalla, ha entregado la Alcaldía de Barcelona a Jaume Collboni, líder del PSC de Barcelona y número dos del Consistorio durante la etapa de Ada Colau, enterrando así el infame impacto del Tinell.
El PSC, en pago a ello, ha puesto encima de la mesa la orden para aislar a más de 11 millones de votantes y se verá en las votaciones de la Mesa del Congreso, donde los ‘populares’ tendrán muy difícil alcanzar la presidencia por este cordón sanitario, al que se ha sumado el PNV, un partido que tradicionalmente ha acordado pactos con el PP, como ocurrió con Aznar y Rajoy, y que ahora reniega de los ‘populares’ con la excusa de los acuerdos con Vox.
La estrategia de Pedro Sánchez, siguiendo a pies juntillas el plan de Salvador Illa en Cataluña, dista mucho del PSOE de 2016. En aquellas elecciones, el líder de los socialistas rechazó de plano cualquier cordón sanitario. «No vamos a poner cordones sanitarios como hacen otros», afirmó en referencia a un posible pacto con Ciudadanos.
No obstante, una vez desaparecida la formación ‘naranja’, los socialistas abrazaron la idea de un Gobierno Frankenstein, bautizado en estas elecciones generales del pasado domingo por todos los españoles en las urnas, normalizando ahora los pactos con el independentismo más radical.
Con el pacto del Tinell, el independentismo y socialismo mostraron la exclusión como solución política para acomodarse en las instituciones, una opción legítima, pero que reforzó a Ciudadanos. De hecho, los socialistas acudían a los actos constitucionalistas, como los de octubre de 2017, junto a Vox, Ciudadanos y PP, mientras después pactaban con ERC y Junts para repartirse los asientos. Un doble juego que no sólo no ha pasado factura sino que ha sido acogido por los propios votantes catalanes.
LA CAJA ÚNICA DE LA SEGURIDAD SOCIAL, EN JUEGO CON LOS PACTOS DE PSOE Y ERC
Los socialistas, además, han mostrado su capacidad para pactar con ERC, Junts y la CUP en 62 municipios y diputaciones catalanas, por lo que no es descartable que se lleguen a acuerdos de calado con PNV y Bildu para amarrar al menos la investidura, sin importar el precio a pagar y sin peaje alguno en las urnas.
Esta situación no es nueva para Feijóo y los populares, cuyas llamadas con Pedro Sánchez son contadas. De hecho, el presidente del Gobierno no descolgó el teléfono durante meses para comunicarse con el líder de la oposición, una forma más de entender la responsabilidad institucional.
No obstante, el cordón sanitario a Vox y PP no saldrá gratis esta vez. Los ‘populares’ pueden demorar los decretos de urgencia y leyes en el Senado con mayoría absoluta, así como obligar a Sánchez a llamarles cuando quieran desbloquear una reforma constitucional como exigen los independentistas.
Todo ello, con un clima de desconfianza hacia los socialistas, que removerán cielo y tierra para vender el mantra del bloqueo del PP en las instituciones, un plan con numerosas fisuras y peligrosos compañeros de viaje, cuya finalidad es la separación de España, comenzando con la ruptura de la caja única de la Seguridad Social y rompiendo el principio de solidaridad para hacer frente al pago de las pensiones. Este escenario se activaría en el momento en el que se entregue un pacto fiscal o un concierto vasco a la catalana.