El suflé es uno de los manjares más ricos del mundo. Viene de perlas después de un largo día o una comida copiosa. Es una forma exquisita de dar el broche de oro a una velada maravillosa. Esponjoso y rico, se te deshace en la boca y te devuelve el alma al cuerpo. Aquí te dejamos dos recetas que te van a encantar. A partir de ahora, fijo que vas a querer recurrir a ellas para dejar a tus invitados con la boca abierta. Y si no, ¡al tiempo!
2Empezamos con el soufflé de limón casero

Este exquisito postre casero comienza poniendo nuestra atención en los principales protagonistas: los limones. El primer paso es lavarlos y secarlos bien. Después, se ralla la cáscara de dos de ellos y reservamos. Separamos las yemas de las caras, reservamos y batimos en un bol la mitad de las yemas con la mitad del azúcar hasta que conseguimos una mezcla homogénea y de color claro, hasta blanquear y se haya doblado el tamaño. Agregamos la ralladura e los limones, mezclamos y reservamos.