Calviño se enfunda su disfraz de hooligan para mofarse de Feijóo

Nadia Calviño se mofa de la propuesta de Alberto Núñez Feijóo. La vicepresidenta primera y ministra de Economía en funciones se ha vuelto a enfundar su traje de hooligan del PSOE, pese a carecer de afiliación política y evitar incluir su nombre en las listas de las pasadas elecciones generales del 23 de julio.

Calviño, conocida antes de su entrada en política por su moderación y mesura, ha ido poco a poco mimetizándose con el núcleo duro del PSOE, siempre dispuesta a la confrontación y a los descalificativos, más propios de mamporreros profesionales que de una ministra de Economía. Para la titular de Economía, la propuesta de dos años de presidencia es una «pantomima», pese a que hay precedentes entre el PP y el PSOE a nivel municipal. Tras la retahíla de descalificativos, ha asegurado que se trata de una «pérdida de tiempo».

Esta actitud tan contundente se muestra Calviño contra el PP contrasta con al perfil respecto a las conversaciones con Junts. Eso sí, ha dejado la puerta abierta a negociar una amnistía siempre y cuando se produzca en el «marco de la Constitución», una Carta Magna que se ha encargado el PSOE de pisotear durante la pasada legislatura, como ocurrió durante los dos estados de alarma y el confinamiento de 2020. Asimismo, voces socialistas defienden esta medida de gracia siempre y cuando también beneficien a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

«El diálogo con los partidos que han tenido una representación es el punto de partida en la formación de cualquier Gobierno», afirma Calviño, como si el PSOE hubiera dado pie a hablar con el PP. Y es que, Pedro Sánchez no se ha dignado a llamar a Feijóo ni tampoco a Santiago Abascal, el líder de Vox. Eso sí, ha tenido línea abierta constante con ERC, PNV y Junts, e incluso con los herederos de ETA, Bildu. Todos estos partidos abogan por la ruptura con España y exigen un mayor autogobierno, que están consiguiendo como pago a su apoyo a la investidura.

Por otro lado, Calviño muestra lo alejada que se encuentra de la realidad. La ministra de Economía asegura desde hace más de un año que la inflación es «transitoria» y ahora vende el discurso de una previsión a la baja. Eso sí, los precios continúan creciendo y lo hacen menos que un año porque durante el pasado verano alcanzaron incrementos de dos dígitos durante tres meses seguidos. Así cree que algunos alimentos «van a costar menos». No obstante, para finales de año se espera que los precios dupliquen su subida por los costes de los carburantes y por ende de los productos.

«Este final de año se va a mantener la inflación pero luego va a entrar en tasas más normales», augura la pitonisa de los precios. Los datos de Eurostat, por otro lado, desmienten a la propia titular de Economía. En el acumulado del año, Italia y Portugal registran una inflación acumulada del 0,9% y 0,7%, respectivamente, frente al 3% de España. En España «se ha conseguido bajar la inflación rápidamente», ha afirmado, pese a que los precios no experimentan caída alguna. Es más, el aceite de oliva se dispara más de un 100% respecto al pasado año.

Calviño, no obstante, evita hablar de los precios de la inflación subyacente, que se mantienen por encima del 6%, el triple respecto al objetivo fijado por el BCE.

La situación en España, por otra parte, lejos de ir como una moto muestra una ralentización de cara al segundo semestre del año. A pesar de ello, la ministra afirma que el crecimiento será superior al 2,1% previsto, por debajo de la inflación. En economía, la definición exacta de este escenario se define como estanflación, una de las peores situaciones de una economía y con muy difícil resolución, más cuando los tipos de interés se sitúan en el 4,25%.