Todos sabemos que el deporte es parte fundamental de una vida saludable, y está profundamente relacionada con el desarrollo de la salud ósea. Los huesos son estructuras vivas, pues están compuestos por tejido vivo que se renueva constantemente. Los huesos almacenan minerales, como el calcio y el fósforo, y actúan como soporte mecánico para todo el cuerpo.
Aunque los efectos del ejercicio en la salud ósea varían dependiendo del tipo de actividad que se realice, y para qué tipo de población, generalmente se considera que el ejercicio de impacto moderado –como andar, saltar o correr– es el mejor para mantener la masa ósea en una edad más avanzada.
1INCREMENTO DE LA MASA ÓSEA
Realizar ejercicio de impacto moderado incrementa la masa ósea y mejora su densidad mineral ósea (DMO). Esto reduce el riesgo de desarrollar osteoporosis y enfermedades óseas relacionadas en la edad adulta. El ejercicio de impacto también, ayuda a fortalecer la articulación de las extremidades superiores y, en relación con el entrenamiento de resistencia, mejora la funcionalidad muscular y el equilibrio. Además, prácticamente todos los deportes involucran al menos algunos de estos beneficios, aunque el impacto que tienen en la salud ósea depende del nivel de exigencia de la propia actividad.
Todos los huesos del organismo humano desarrollan fuerza cuando están sometidos a la fuerza de la gravedad, pero para que esto suceda deben estar expuestos a deportes regulares. Esto incrementa la resistencia de los huesos, los torna más duros y reduce el riesgo de fracturas. La actividad física de impacto es la mejor para el fortalecimiento óseo y algunos de los deportes que conllevan este efecto son la escalada, la danza aeróbica, el saltar a la comba, el correr, el baloncesto y los deportes de raqueta.