El documental sobre Josu Ternera pone a ETA en la diana

El documental ‘No me llame Ternera’, de Jordi Évole y Màrius Sánchez, es una producción de Netflix, en la que el periodista catalán conversa con el exdirigente etarra Josu Ternera, a lo largo de 101 minutos. 

La producción tendrá su primer visionado este viernes, en el Festival de San Sebastián. Un hecho que ha levantado numerosas quejas de ciudadanos, así como de víctimas de ETA, y de miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Y, así, medio centenar de personas han firmado una carta para intentar evitar su emisión, por considerarlo «el blanqueamiento de ETA». 

Esta carta ha hecho que el periodista catalán haya salido en defensa de su documental, a través de sus redes sociales: «Les aseguro que lo hemos hecho con una enorme responsabilidad periodística, con un absoluto respeto hacia las víctimas, y con la voluntad de que las generaciones más jóvenes conozcan uno de los episodios más negros de nuestra historia reciente. Entrevistar no es blanquear, entrevistar no significa compartir las ideas del entrevistado. Parece mentira que todavía tengamos que aclarar cuestiones tan obvias». 

UN DOCUMENTAL SIN APOYO

Por su parte, los ciudadanos han publicado, en la red social ‘X’, antes Twitter, diversos comentarios como, por ejemplo, que «sacar este documental es no respetar a las víctimas de ETA’, es una vergüenza que un asesino esté en la gran pantalla’, o que «el documental de Ébole es un blanqueamiento a los etarras’, entre tanto otros consideran que ‘tiene que haber libertad para poder ver cualquier tipo de documental».

El Portavoz nacional del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Jacobo Rodríguez, ha transmitido a MONCLOA su respeto y sensibilidad hacia las víctimas de ETA: «Cada día nosotros recordamos a nuestros compañeros y a todas las víctimas inocentes que perdieron la vida a manos de la banda terrorista».

Por ello, Jacobo Rodríguez ha señalado que la emisión de este documental es «blanquear de forma alguna a los terroristas que arrebataron la vida de 864 personas, incluyendo a 186 policías nacionales entre esas 864 personas. Desde nuestro punto de vista -prosigue- el documental de Josu Ternera podría tergiversar la realidad y distorsionar la percepción pública sobre los crímenes de ETA. Esto está socavando lo que fueron nuestros esfuerzos para mantener la integridad y la memoria de las víctimas». 

documental Moncloa
El documental ‘No me llame Ternera’.

EL FOCO EN JOSU TERNERA Y NO EN LAS VÍCTIMAS DE ETA

«Entendemos que ver este documental sería un desprecio a la memoria de las víctimas y a la sociedad española que vivió con miedo y sufrimiento durante décadas debido a los asesinatos de la banda terrorista» ha agregado el portavoz nacional de SUP.

Rodríguez ha indicado a MONCLOA que el enfoque debe de estar dirigido en las víctimas de ETA: «Son las víctimas las que merecen tener el enfoque central de cualquier narrativa sobre este período». Es decir, centrarse en los hechos de forma aséptica, en las consecuencias de sus acciones sin buscar justificar o cuanto menos romantizar el terrorismo.

NOS PARECE QUE ES ALGO HUMILLANTE PARA LAS VÍCTIMAS QUE SE DÉ VOZ A UN TERRORISTA EN UN FESTIVAL DE CINE

Por otro lado, la presidenta de la Asociación de Víctimas de Terrorismo (AVT), Maite Araluce, ha transmitido su lamento: «nos parece que es algo humillante para las víctimas que se dé voz a un terrorista en una plataforma como la que está en el festival de cine. Y bueno, pues si quieren contar la historia del terrorismo en España como parece que dice Jordi Évole, que pongan el foco en la víctima y no en el terrorista».

JOSU TERNERA, LA IMAGEN MÁS CRUEL DE ETA

Además, la presidenta de AVT ha recalcado que «no interesa nada de lo que digan los ex integrantes de ETA fuera de la Audiencia Nacional». A lo que ha añadido ‘los terroristas no tienen nada que hablar en la pantalla de cine’.

ETA sometió a un infierno de terror al país, durante más de cuarenta años de historia criminal. La banda terrorista asesinó a cerca de 900 personas. A los que hay que añadir los que han quedado mutilados para siempre, físicos y psíquicos, como el caso de los secuestrados, así como las mutiladas familias de las víctimas. Sin contar los daños económicos para el país vasco, y para toda España, ni el temor padecido por todos, pues, ante el drama de los afectados directos, no parece apropiado ni mencionarlo, pero ETA nos sometió a todos.

La opinión de los españoles está, pues, dividida, y la cuestión que se plantea es si ¿se debe o no emitir ‘No me llame Ternera?‘. Como podría también cuestionarse si tiene interés esta persona; si a cultivar y hacer negocio con el interés creciente del público por los perturbados y asesinos se puede llamar informar; si el negocio de las productoras dedicadas a satisfacer el gusto por lo morboso y deleznable atiende al derecho de información, etc. No serán estos pseudodocumentales un género más de la reinante televisión basura, si cabe más perjudicial para los espectadores?